LMA 4

LMA 4
Una nueva batalla se acerca, el conocimiento de una antigua profecía que amenaza con acabar su mundo tal y como lo conocen, sumada a un antiguo legado de poder, son los protagonistas de esta nueva historia… acompáñenme a descubrir cómo harán frente nuestros valientes Arzhaelíes a esta nueva aventura con la ayuda de... Los Cinco Elementos

sábado, 13 de diciembre de 2014

Cap. 22 Reacciones...



Cuando Sam se dispuso a abandonar la casa de los McKenzie, su intención era ir directo a la suya, pero en cuanto entró al Dver cambió de opinión y se dirigió a Kelten. Una vez en el centro comercial, comenzó a caminar sin un rumbo fijo y pensando en lo que acababan de decirle Peter y Anne. Tal vez si ella iba a hablar con Kenny e intentaba convencerlo de que estaba en un error y que debía ir en busca de su esposa y sus hijos, las cosas aun tuviesen remedio. A pesar de que iba inmersa en sus pensamientos, se detuvo en cuanto sintió la presencia a pocos pasos de ella y levantó la cabeza para encontrarse con unos conocidos ojos color miel.
-          Mala idea  --  dijo Armel después de unos segundos
-          ¿Cómo dices?
Pero él no le contestó sino que la tomó por el brazo y la condujo hasta un café cercano, entraron, se sentaron en una mesa cerca del ventanal y cuando aparecieron ante ellos los cafés que Armel había ordenando sin consultarle nada a ella, Sam lo miró en forma inquisitiva.
-          Armel…
-          Escucha Samantha, ir a ver a Kenneth lejos de resolver algo, lo que puede es ocasionarte más problemas de los que puedes enfrentar  --  y ella lo miró con los ojos muy abiertos
-          ¿Cómo sabes…
-          El escándalo que llevabas en tu cabeza era muy difícil de ignorar
-          Creí que no escuchabas nada cuando estabas en lugares como este  --  dijo ella recuperando la compostura
-          Normalmente no lo hago, pero cuando vi a cierta Arzhaelí que suele meterse en mucho problemas cuando está sin supervisión, no pude evitarlo  --  dijo con cierto tono de diversión que no se le escuchaba con frecuencia
-          Siento que de algún modo esto es mi culpa y que debo hacer algo  --  dijo Sam después de unos segundos de remover distraídamente su café
-          Pero no lo es y lo sabes, como sabes que no hay nada que puedas hacer  --  hizo una ligera pausa y luego agregó  --  Así como no puedes evitar que el sol salga y se ponga a diario, del mismo modo no puedes evitar que los hombres se enamoren de ti. En algunos casos será amor real y en otros solo el efecto de tu sangre, pero ni en uno ni en otro podrás hacer nada.
Sam bajó la cabeza y pensó que todo era muy injusto. Ella amaba a los McKenzie, eran su familia y solo quería verlos felices. Sintió que Armel colocaba un dedo bajo su mentón para elevar el rostro y con un pañuelo que tenía en la otra mano le secaba las lágrimas que no sabía que estaban allí.
-          Es sábado en la tarde, deberías estar con tus hijos y con tu familia en lugar de estar aquí torturándote innecesariamente. McKenzie es un hombre, de modo que debe buscar cómo resolver su problema él, no tú
-          ¿Y podrá hacerlo?
-          Eso no puedo responderlo yo
-          ¿Por qué tuvo que sucederle esto a él? ¿Por qué no podía ser de los que no le afecta lo que soy?
-          Vamos señora Cornwall, sabe perfectamente que a todos los hombres…
-          No es cierto  --  lo interrumpió ella
-          Por supuesto que sí, a menos que tengan en sus venas sangre no humana
-          No, no es así  --  porfió ella  --  A ninguno de ustedes les afecta lo que soy, es decir, ni a Jonathan, Alaric, Garlan, Jason o tú por mencionar solo algunos.
-          Te engañas tristemente Samantha porque a todos nos afecta, lo que sucede es que en el caso de Alaric, Garlan y yo, tenemos mucha más experiencia y un mayor control de nuestras mentes. En el de Jonathan, que está sinceramente enamorado de Daira, lo que anula por defecto tus encantos a menos por supuesto que decidieras desplegarlos en forma indiscriminada, y con eso solo conseguirías atraerlo mientras estés ejerciéndolos pero eso no sería amor. Y en el último caso que mencionaste, Jason y cualquier otro, por si no lo has notado simplemente procuran con mucho ahínco no acercársete, primero porque saben a lo que se exponen y segundo por simple instinto de conservación, ya que todos saben que Cornwall es peligroso y que no dudaría ni un segundo en hacerlos polvo.
-          Armel por favor, Giulian no…  --  pero calló cuando él elevó una ceja
-          ¿No?
Luego de unos minutos más, Sam le dio las gracias y se despidió encaminándose hacia el Dver  pensando que Armel tenía razón y lo mejor que podía hacer era ir a casa. Un momento después Armel también abandonó el local, y una imperceptible sonrisa se dibujó en sus labios mientras pensaba que quizá tenía mejor opinión de ciertos individuos de la que éstos tenían de él.
-          Espero que lo que acabo de presenciar no signifique lo que estoy pensando Armel Haider
-          No seas imbécil McEwan, aunque supongo que eso es pedirle demasiado a los Dioses
-          Escúchame Armel…
-          No, escúchame tú a mí. Que pienses ya es peligroso, pero que encima pienses mal es una estupidez. Así que hazme y hazte un favor, no pienses.
Dicho esto lo hizo a un lado y siguió su camino, mientras que Garlan a pesar de la reciente recomendación estaba pensado cualquier cantidad de barbaridades, aunque unos minutos después también se dijo que Armel Haider era uno de los Arzhaelíes más ecuánimes de la Orden y que tal vez estaba exagerando. Sin embargo, una odiosa vocecita insistía en recordarle que ecuánime o no, seguía siendo hombre. De modo que se propuso estar alerta porque no pensaba permitir que nadie le arruinase la vida a la Niña más de lo que ella misma lo había hecho al casarse con Cornwall.

Sam llegó a su casa y se fue derecha a buscar a Giulian, pero éste se encontraba en el jardín, y de hecho todos estaban en el jardín. Sus padres, los niños, Danny, Di, Aderyn, Gail, Iván, Elar y Mael. Sam lo pensó un  momento pero decidió que era mejor que lo supieran de una vez.
Después de saludarlos a todos y besar a los niños, se sentó al lado de su esposo y le tomó la mano. Giulian la conocía lo suficiente como para saber que algo muy serio la preocupaba, de modo que soltó su mano y la abrazó. Cuando comenzó el relato, Sam sintió como su marido se tensaba, sin embargo no la soltó y escuchó pacientemente hasta el final.
Las reacciones fueron diversas. Elar no sabía qué pensar, Iván lamentó el desenlace pero le preocupaba más lo que vendría a continuación. Dan y Amy permanecieron tan imperturbables como Mael. Aderyn, Gail y Danny tenían cara de asombro, Diandra tenía el entrecejo fruncido, y Giulian se limitó a acariciar el cabello de su esposa.
-         ¿Cómo no me di cuenta?  --  preguntó Aderyn sorprendida
-         Realmente Aderyn --  dijo Gail  --  eres tú la que siempre se da cuenta de esas cosas.
-         Supongo que estaba muy ocupada viendo como se enamoraban éstos dos  --  dijo señalando a Giulian y a Sam
-         La verdad que esto es algo que no me esperaba, aunque en realidad no podemos decir que no supiésemos nada  --  dijo Danny
-         ¿Qué?  --  preguntó Gail
-         Recuerda que cuando Kenny fue Clever House, dijimos que entre Casander y Kenny, Kenny era el menos malo y el cachorro dijo algo como que…  --  pero se interrumpió intentando recordar
-         Que el menor de dos males seguía siendo un mal  --  completó Mael que recordaba perfectamente cada segundo de la vida de Samantha
-         ¡Pero eso fue hace años hombre!  --  exclamó Gail  --  Y luego se enamoró de Anastasia, así que pensé que solo se trataba de lo usual
-         ¡Claro!  --  exclamó a su vez Aderyn
-         ¿Claro qué?  --  preguntaron Danny y Gail
-         Nosotras también lo pensamos, pero igual que ustedes después pensamos que era por su sangre y nada más ¿recuerdas Di?
Pero Diandra estaba perdida en sus propios recuerdos, e Iván que había estado mirando a Giulian porque ambos recordaban la discusión que él sostuvo con Vlad y con Giulian en esa oportunidad, dejó de vigilar a Giulian y miró a Diandra cuyas mejillas se habían coloreado.
-         Yo sí lo sabía  --  dijo ella para asombro de casi todos.
-         ¿QUE?  -- preguntaron varias voces
-         Hace años, escuche una conversación que se supone no debí haber escuchado entre Peter y Kenny. En ella Kenny le contaba que le gustaba una chica, pero que estaba horrorizado porque era apenas una niña. Cuando Kenny dijo de quien se trataba, debo decir  --  y aquí bajó la mirada evitando la de Giulian  --  que no pude evitar estar de acuerdo con Peter, él le dijo a Kenny que Sam era perfecta para él, y la verdad me hacía mucha ilusión verlos como pareja. Eso fue pocos días después que Kenny llegó a Clever House, y recuerdo que Aderyn y yo hacíamos todo lo que podíamos para que ellos pudiesen estar a solas, aunque Vlad y Giulian no lo hacían fácil. Pero después empezó a interesarse por Anastasia y bueno… ya todos sabemos como terminó todo.
Se había hecho un asombrado silencio, que Danny se encargó de romper.
-          ¿Di, por qué nunca me contaste todo esto?
-         No estoy muy segura, pero a partir de ahí las cosas comenzaron a suceder muy de prisa y se volvieron muy confusas. Fue cuando atacaron Clever House y tuvimos que ir a Arx, toda la persecución que vivían los Arzhaelíes y bueno después de eso Kenny anunció su boda con Anastasia y supongo que pensé que ya no valía la pena.
Todos estaban repasando los eventos que Diandra les había traído a la memoria, incluidos Dan y Amy basados en lo que Giulian, Iván y los chicos les habían contado.
-         Giulian  --  dijo Diandra avergonzada  -- eso fue hace mucho tiempo, de verás estoy muy contenta de que Sam se haya casado contigo, y en cualquier caso ella nunca le habría hecho caso a Kenny, porque después nos enteramos que siempre estuvo enamorada de ti según Aderyn.
-         Lo sé Di, no te preocupes  --  dijo Giulian sonriéndole para tranquilizarla 
-         Bueno, al menos fuiste más valiente que mi cuñado y no te dejaste amilanar por eso de la edad, aunque tú… ¡auch!  --  y  no pudo continuar por el violento codazo que le propinó Aderyn.
-         Si Gail ya entendí – dijo Giulian  --  y no te preocupes Aderyn, no se me ha olvidado y supongo que a ti tampoco, que esa fue una de las razones por las que me costó tanto aceptar lo que siento por Sam.

El año seguía su curso y los Arzhaelíes continuaban en sus actividades habituales. Una tarde Kenny se encontró con Giulian en uno de los pasillos de la Sede. Esto no era nada inusual ya que se veían a diario, pero en esta ocasión, Kenny aprovechó que Sam no se veía por ningún lado y le dijo a Giulian que quería hablar con él. Esto no le sentó nada bien a Giulian, le había prometido a su esposa mantenerse alejado de Kenny, pero en este caso era McKenzie quien lo estaba buscando, de modo que no estaba faltando a su promesa, y se metieron en una oficina vacía para conversar.
-         ¿Y bien, qué sucede?  --  preguntó Giulian
-         Quería ser yo quien te lo dijera  --  comenzó Kenny  -- Anastasia y yo… bueno… ella regresó con sus padres a Rusia.
Giulian que se había sentado con su habitual indolencia, con los pies sobre el escritorio, no dijo nada y se limitó a mirarlo. De modo que Kenny continuó.
-         Lo que ella insinuó la otra noche es cierto.
-         ¿A qué te refieres? Porque lo que yo recuerdo es que estuvo a punto de insultar a MI esposa.
Giulian dijo aquello sin alterarse, pero acentuando el posesivo. Mientras que Kenny pensaba que aquello no iba a ser tan fácil.
-         Sabes a lo que me refiero Giulian. Yo estoy enamorado de Samantha  -- por fin lo había dicho
-         Pues lo siento por ti, porque ella es mía y así va a seguir siendo.
La arrogancia de aquel hombre lo descomponía. Era cierto que lo que le estaba diciendo era la peor cosa que se le podía decir al esposo de una mujer, pero no esperaba esa reacción.
-         No hables de ella como si fuera una cosa  --  dijo Kenny  -- He hecho muchas estupideces en mi vida, pero la mayor es no haber intentado tener una relación con Samantha. Pensé que era una niña entonces, cosa que obviamente a ti no te detuvo.
Una sonrisa maligna se dibujo en el rostro de Giulian, porque Kenneth podía decir lo que quisiera, pero la realidad era que Sam le pertenecía y él no iba a poder cambiar eso.
-         Ya sé que ella es tu esposa, y por mucho que me duela te ama. Pero quiero que sepas que si le haces daño, si te equivocas, yo voy a estar ahí y aprovecharé cualquier oportunidad que se presente para ganarme su afecto.
Hasta ahí le llegó la paciencia a Giulian. ¿Aquel infeliz lo estaba amenazando? Se levantó y se colocó peligrosamente cerca.
-         Escúchame bien  McKenzie – dijo con voz fría  --  si te veo cerca de mi mujer por otra cosa que no sea trabajo, tendrás que comprarte otra cara. Si tengo la más mínima sospecha de que intentas algo con ella, te hago pedazos. ¿Está claro?
Ahora le llegó el turno a Kenny de sonreír.
-         Ya estás advertido, si tengo la oportunidad no la dejaré pasar de nuevo.
Aquello ya fue demasiado. Lo agarró y lo estampó contra la pared, pero para suerte de ambos Dan abrió la puerta.
-         ¿Qué está sucediendo aquí?
La pregunta era completamente retórica, porque viendo quienes estaban allí, y la actitud amenazante de Giulian, tenía muy pocas dudas de cuál podía ser el problema. Giulian soltó a Kenny y éste salió de la oficina.
-         ¿Estás loco Giulian?
-         ¿Yo? Ese cretino vino a amenazarme  --  vociferó  --  ¿Qué se suponía que hiciera?
-         Giulian, el chico está pasando por un mal momento y…
-         ¡Al demonio con eso! Nada le da derecho a venir a decirme que piensa quitarme a mi  esposa
-         Giulian no seas necio, eso no…
Pero él no lo dejó concluir y dándole un empujón salió como un vendaval. Dan pensó que las cosas podían ponerse muy mal.
Cuando Kenny abandonó la oficina, se dirigió hacia la salida pero al llegar al final de las escaleras y cuando se disponía a atravesar el patio central, se sintió aferrado por los brazos y unos segundos después estaba fuera de Arx.
-         ¿Qué demonios…  --  se detuvo al ver a quien tenía en frente  --  ¿Mael? ¿Qué sucede? ¿Por qué…  --  pero hizo silencio al verle los ojos
Kenny había presenciado la transformación de Mael en un par de oportunidades, pero había sido en batalla. Sin embargo, era una información por todos conocida, que cuando sus ojos cambiaban de aquella forma era signo inequívoco de peligro. De modo que dio un paso atrás y aferró su Gwialen. No obstante, fuera del fulgurante destello de sus ojos, nada más cambió en Mael y hasta su voz seguía siendo serena.
-         Kenny, te conozco desde que era un niño, es mucho lo que tengo que agradecer a tu familia, Jonathan es como mi hermano, estoy unido a Aderyn y a Diandra por un juramento de sangre, de modo que son casi tan hermanas mías como si hubiésemos compartido el mismo vientre, pero a pesar de todo eso, te juro que si le causas el más mínimo daño a la Nena y aunque he jurado respetar la vida humana, no lo pensaré para suprimir la tuya.
-         ¿De qué hablas? Yo amo a Samantha y jamás le haría ningún daño
-         Si realmente la amas, entonces deja a Giulian en paz
La expresión de Kenny varió en forma sensible. Desde que había reconocido ante sí mismo lo que había intentado negar sin éxito, había comenzado a crecer su antipatía por Giulian, ya que lo culpaba en forma directa por no haber podido concretar nada con Samantha. Había comenzado a  recordar las muchas veces que evitó que estuviesen solos por ningún período de tiempo, y aunque quizá en ese entonces lo atribuyó al lógico celo de un padre, ahora sabía que el muy desgraciado e hipócrita ciertamente estaba celoso, pero como hombre y no como padre. Sin embargo, y a pesar de verlo como el obstáculo que lo separaba de Samantha, no era estúpido y no iba hacerle nada, pero pensaba que siendo como era, él mismo cometería el error final que le dejaría el camino libre y como le acababa de decir, él estaría allí para hacer lo que no había hecho antes. Pero finalmente desplazó su ira hacia la persona equivocada.
-         No te metas en esto Mael, no es tu asunto 
Dijo eso y le dio la espalda, lo que fue un error porque al segundo siguiente estaba tirado en el piso y Mael le sujetaba el cuello.
-         Es mi asunto si afecta de algún modo a la Nena ¿está claro?  --  le dijo mientras lo elevaba hasta dejarlo de pie y Kenny lo miró furioso
-         Ya renuncié a ella una vez porque la veía muy joven, mientras que tú simplemente no tuviste el valor de luchar por ella, así que no vengas ahora…  --  estaba diciendo en forma venenosa
Esto constituyó su segundo error, porque eso le valió un par de dolorosos puñetazos después de lo cual Mael volvió a sujetarlo por el cuello ignorando que sangraba profusamente por la nariz y la boca.
-         Escúchame bien Kenneth McKenzie porque no te lo voy a repetir, mis motivos son míos y evidentemente no estás en capacidad de comprenderlos, pero lo que te interesa saber es que si interfieres de cualquier manera en la relación de Giulian y Samantha, no permitiré que él te mate porque él terminaría en Fangelsi y ella sufriría por eso, pero te conviene recordar que yo no tengo nada que perder y si tengo que matarte para asegurar su felicidad, nada va a detenerme.
Lo tiró en el piso y un segundo después había desaparecido. Los Krigers que estaban de guardia a las puertas de Arx se miraban con consternación. En primera instancia como aquellos dos sujetos estaban fuera de la ciudadela no podían intervenir, y aun si hubiesen estado del lado adentro y aunque se suponía que debían impedir los pleitos y mantener el orden, dudaban que lo hubiesen hecho porque a nadie en su sano juicio se le habría ocurrido intentar detener a Mael Berserker así estuviese masacrando al mismísimo Eowaz. Sin embargo, una vez que él desapareció uno de ellos comenzó a caminar hacia Kenny, pero antes de que llegase, el Arzhaelí había desaparecido también.



No hay comentarios:

Publicar un comentario