La cena parecía estar
desarrollándose en calma. Peter conversaba con Iván y con Dan, mientras Anne
peleaba con Jonathan y con Gail por los destrozos causados por sus hijos. Pero
había seis personas, que estaban realmente incómodas. Cinco lograban
disimularlo con distintos niveles de éxito, pero una ni siquiera lo intentaba. Anastasia
desde un principio manifestó su inconformidad con la presencia de Samantha, y
en toda la velada no se había dirigido a ella. Diandra por su parte, que aún no
perdonaba el arranque de su cuñada y que no entendía cómo después de que Sam
había traído a Aelig a casa, Anastasia aún se mostrara tan resentida con ella,
había marcado distancias con la chica.
Sam tampoco entendía la
actitud de Anastasia, y menos si tenía
en cuenta que con los demás miembros de su familia no se comportaba del mismo
modo. Notó también que la chica estaba muy desmejorada, lucía una palidez poco
habitual y un aire general de cansancio. Pensó que se debía a que aún no se
recuperaba de los acontecimientos recientes.
Kenny se mostraba igual que
siempre, cariñoso y amable, aunque lo vio enrojecer en reiteradas oportunidades
con la mirada de su esposa. Y Sam se preguntó ¿qué se traerían esos dos?
Giulian por su parte resentía
hasta el más mínimo gesto de amabilidad que Kenny tuviera hacia Sam, y no podía
evitar sentir un intenso odio cada vez que él la miraba. Sam notó la actitud
hosca de Giulian y se preguntaba a qué se debía, si él por lo general era uno
de los más bulliciosos.
Samantha al percibir todo ese
ambiente de tensión, decidió retirarse temprano pretextando que los niños
debían dormir temprano, y Giulian dio un silencio agradecimiento por ello. De modo, que poco después de acabar la
cena, anunciaron su partida.
Mael que había sido uno de los
otros que no la estaba pasando nada bien al poder percibir la enorme
incomodidad de Sam y la razón para ello. No había dejado de mirar a Anastasia y
a Kenneth en forma peligrosa, algo de lo que Kenny se percató casi enseguida y
se preguntó la razón, mientras que Anastasia tardó un poco más en notarlo, y
cuando lo hizo un frío desagradable recorrió su espina dorsal cuando sus ojos
se cruzaron con los de Mael, interpretando correctamente la clara amenaza en
ellos, aunque eso solo contribuyó a aumentar su resentimiento hacia Samantha.
Y el sexto individuo que había
notado toda la desagradable situación, había sido el silencioso Will, pero a
diferencia de Mael, él se había concentrado en Giulian captando con toda
claridad el intenso odio con el que miraba a Kenny, y temió seriamente por la
integridad física de su hermano.
Aunque Iván había estado
conversando con Peter, el había resultado imposible ignorar en primer término a
Anastasia cuya mente tenía un soberbio escándalo en contra de Sam. De modo que
prestó atención a los demás involucrados, y una vez que vio los violentos
pensamientos de Giulian, pensó que las cosas podían ponerse muy mal si seguían
por ese camino.
De modo que en conjunto y
aunque físicamente la cena no había resultado tan agitada como la de los niños,
emocionalmente había sido agotadora.
Una vez en casa, y después de
dar las buenas noches a sus hijos y asegurarse que al menos la mayoría de ellos
se había dormido, Sam decidió enfrentar a su marido y averiguar qué era lo que lo
tenía tan molesto.
-
Giulian
creo que necesitamos hablar.
Como siempre, estas palabras
produjeron en Giulian el malestar habitual,
pero se sentó y la miró.
-
¿Dime
qué es lo que te está pasando? Toda la noche estuviste de un humor negro, casi
no hablaste, y algo realmente
preocupante, casi no tocaste la comida. Así que evita decirme que no te pasa
nada.
Giulian pensó que las dos
posibilidades que tenía ante sí, eran una peor que la otra. Si le decía que no
tenía nada, Sam lo hostigaría hasta sacarle la verdad. Y si le decía la verdad,
Sam montaría en cólera. De modo que no sabía por cual decidirse.
-
¡Giulian
Cornwall! -- gritó la chica al ver que él parecía haberse
ido a otro lado -- Si no me dices ahora
mismo lo que quiero saber, te juro que te vas a arrepentir.
Él pensó que probablemente se
arrepentiría lo mismo diciéndoselo, pero suspiró con resignación y se dispuso a
hablar.
-
Princesa,
no puedo explicarte la razón, pero cada vez que Kenneth McKenzie te mira o está
cerca de ti, siento deseos de matarlo. Sé que yo soy quien menos moral tiene
para decir esto, pero desde que eras una niña él se sintió atraído por ti, solo
que nunca tuvo el valor de decírtelo, por lo que me siento muy agradecido, pero
ahora… -- calló al ver la cara de Sam
Su esposa lo miraba con los
ojos desorbitados, se había puesto pálida y sintió que las piernas le fallaban,
por lo que se sentó en la cama. Por su mente corrían a toda velocidad retazos
de información que hasta ese momento habían sido ignorados. Kenny en la
escuela, Kenny ofreciéndole su capa para protegerla del frío, Kenny siempre
pendiente de ella, Kenny en las vacaciones empeñado en enseñarla a montar en
una Glide, Kenny cuando regresó después de una larga ausencia y parecía no
querer hablar con nadie más. Pero no podía ser, Kenny amaba a Anastasia. ¡Anastasia!
¿Era por eso que Anastasia la trataba así? ¿Estaría pensando igual que Giulian?
Pero eso era una locura, Kenny era como Jonathan, Aderyn o
Diandra, casi un hermano. Unas palabras de Kenny resonaron en su cabeza, “No Sam, Aderyn, Diandra y tal vez Jonathan son
como tus hermanos, yo solo soy el hermano de ellos”. El recuerdo de la voz de NJÖRD,
también entró violentamente en su cabeza “ hay otra energía que vibra en el mismo
plano que tú, y está muy unida a la tuya”.
Giulian que esperaba una
explosión de ira y una lluvia de alusiones a su inmadurez y sus celos por parte
de su esposa, se sorprendió al verla caer sentada en la cama, muda y con los
ojos muy abiertos pero ausentes.
-
¿Sam? --
dijo acercándose a ella
Ella pareció regresar de muy
lejos mirándolo como si hubiese olvidado que estaba ahí. Y la expresión de sus
ojos cambió a… ¿miedo? ¿pero por qué? ¿A qué? De pronto se puso de pie y lo
abrazó. Giulian pudo sentir a través de la delgada tela de su ropa de dormir,
como el corazón de ella latía acelerado contra su pecho desnudo. Y en ese
momento una duda asaltó su mente. ¿Sería posible que ella…? Sintió que el mundo
comenzaba a girar a su alrededor. Las imágenes de lo que había visto en la
cueva lo golpearon sin piedad, y las palabras de Liminiades se repitieron una vez más “cosas que son, cosas que pueden ser o cosas que serán”
Esa misma noche, Kenny y Anastasia
sostenían una acalorada discusión. Anastasia le reclamaba a gritos a Kenny, lo
que calificaba como su patético interés en Samantha.
-
¿Qué
pasó Kenneth McKenzie? -- decía con
saña --
Tuviste todas las oportunidades, hasta Casander anduvo con ella. Eres
patético. No tuviste el valor de acercarte a ella antes y esperas estar casado para
hacerlo.
-
Calla
Anastasia por favor, no sabes lo que dices
-- le dijo afligido.
Pero ella estaba furiosa, su
aspecto por lo general hermoso había cambiado radicalmente, y aunque trató de
tranquilizarla, aquello parecía imposible.
-
Anastasia
cariño, ¿no te das cuenta de que lo que estás diciendo es un absurdo? Tú misma
lo dijiste, si hubiese querido tener algo con Samantha, habría tenido miles de
oportunidades, la conozco desde que era una niña.
Finalmente Anastasia se había
calmado un poco pero no se dejaba convencer.
-
Tal
vez ese sea el problema -- dijo con un
sollozo -- en esa época era una niña y después me conociste, pero ahora es una mujer.
-
Estás
pasando por alto el hecho de que sí, es una mujer, pero que está casada y ama a
su marido.
-
Eso
no impide que tú estés perdiendo la cabeza por ella.
-
¿Anastasia
por qué habría de fijarme en otra mujer si te tengo a ti? Es una locura.
Más tarde, después que ya se
habían acostado, Kenny se preguntaba si realmente era una locura. Él había sufrido como todos, el impacto de la
belleza de Samantha, estaba conciente que en un tiempo estuvo enamorado de
ella, pero luego se había enamorado de Anastasia y era feliz con ella, o al
menos eso había creído. Cuando se enteró que por sus venas corría tanta sangre
que era positivamente peligrosa para cualquier hombre, se tranquilizó y aunque
seguía sintiendo lo mismo cada vez que la veía desplegando sus encantos, se
había acostumbrado a aquella sensación. De modo que ahora se preguntaba si era
posible que estuviese sintiendo algo más por Samantha, porque en los dos
últimos años había empezado a soñar con ella a menudo y en los últimos meses
casi a diario. Y para complicar más las cosas, desde que NJÖRD le dijera que ellos estaban muy unidos, no había dejado de
torturar su mente preguntándose qué habría pasado si se hubiera adelantado a Giulian.
Y del mismo modo se respondía que en primer lugar, Samantha amaba a Giulian con
locura, y en segundo, ese hombre lo habría matado. Recordaba perfectamente cuál
había sido su actitud hacia Will, y las incontables escenas de celos que había
protagonizado. Así que tenía que encontrar la forma de dejar de pensar en eso.
El nuevo año dio inicio y los
Arzhaelíes volvieron a sus actividades, aunque las de Danny, Gail, Giulian y
Dan, preocupaban mucho a sus esposas.
Dan por su parte estaba
seriamente preocupado por Giulian, ya que estaba distraído y silencioso.
También había notado que sus ojos por lo general muy vivos y alegres, estaban
apagados y tristes. Cualquier cosa que tuviera su amigo, él tenía la certeza de
que tenía que ver con su hija, pero no se imaginaba qué podía ser, ya que no
los había escuchado discutir. Pero fuera lo que fuera, debía averiguarlo y
tratar de solucionarlo, porque estaba causándole problemas serios.
Después de la conversación
inconclusa, que tuvieron Giulian y Sam el día de año nuevo, no habían vuelto a tocar el tema. Sam se
convenció a sí misma que todo aquello era una locura, y que se había dejado
arrastrar por los celos de su esposo. Kenny seguía siendo Kenny, por todos los
cielos.
Giulian por su parte, tenía la
espina de la duda clavada en el corazón. Por un lado no quería dudar de la
mujer que amaba, y por el otro la cara que había puesto Sam cuando le dijo lo
que sentía con respecto a Kenny y su silencio, lo habían hecho pensar que ella
quizá podía albergar algún sentimiento hacia el menor de los McKenzie, y que se
había asustado al comprobar que él se había dado cuenta. Decididamente, los
celos podían ser muy malos consejeros.
Sam había notado que Giulian
estaba retraído y ausente, así que comenzó a sospechar que andaba metido en
algo extraño. De modo que retomó su objetivo de averiguar qué era lo que hacían
para la Orden y
que se empeñaban en guardar con tanto celo, ya que en su mundo particular,
achacaba el extraño comportamiento de su esposo al dichoso trabajo.
Precisamente ese día y en ese
momento se encontraban su padre y Giulian conversando en el estudio con Iván.
Sam dudo un momento, pero luego tomó la decisión. Sabía que estaba mal, pero
tenía que averiguar en qué andaban metidos. Así que se apareció en el estudio
pero sin materializarse. Iván estaba hablando en ese momento.
-
Bueno
ya hace más de un mes que no hay actividad de los Nemhain por allí, así que o
desistieron o están planeando algo muy grande en otra parte.
-
Giulian
tratará de obtener esa información esta noche
-- dijo Dan
-
¿Crees
que tu informante es confiable? -- preguntó Iván
Pero como Giulian permanecía
ausente, Dan tuvo que darle un codazo para que reaccionara.
-
¿Qué? --
preguntó
-
Hablábamos
de tu reunión de esta noche -- le dijo de malos modos
-
¡Ah!
Sí bueno, primero tendré que reunirme con alguien, antes de pasar a la reunión
de locos.
Dan puso los ojos en blanco, y
pensó que esto cada vez se ponía peor. Iván también puso cara de extrañeza, ya
que eso no era lo que le había preguntado.
-
Giulian --
dijo Dan con fastidio -- ¿Querrías hacer el favor de prestar atención?
Eso ya lo sabemos, lo que Iván te estaba preguntando era sobre la fiabilidad de
tu informante.
-
¡Ah
eso! Sí, creo que es bastante confiable.
Después de conversar un rato
más sobre cosas que a Sam le parecieron intrascendentes, Iván abandonó el
estudio, Dan fue a buscar a Amy, y Giulian marchó a la habitación de los niños.
Sam no había sacado mucho en claro. Giulian tenía que reunirse con alguien para
después encontrarse con su padre y con los demás, en algún lugar que llamaban
la “reunión de locos”. No tenía mucho sentido,
así que se decidió por un método más práctico. Los seguiría.
Después de cenar, Dan y
Giulian se despidieron de sus esposas y salieron. Sam fue apresuradamente a su
habitación, se cambió de ropa y a continuación concentró toda su energía en
estar donde ellos estaban. Apareció en un lugar que se le antojó muy extraño.
Había mucha gente, parecía como había dicho su esposo una reunión, si estaban
locos o no, eso no lo sabía, pero presentaban un aspecto bastante uniforme,
casi todos eran rubios y los hombres llevaban la cabeza rapada. Vio a su padre a
Danny, y a Garlan, pero no a Giulian. Entonces recordó que él había dicho que
tenía que reunirse primero con alguien. De modo que volvió a concentrase en
estar en ese lugar.
Pero como ella misma dijo en
una oportunidad, hay cosas que es mejor no saber. Cuando sus ojos se adaptaron
a la penumbra de aquella calle solitaria, lo que vio la dejó momentáneamente
paralizada. Cuando su cerebro procesó la información y tradujo la imagen a
palabras, sintió que su corazón se hacía pedazos. Era como la repetición de una
escena ya vivida. Giulian sostenía en sus brazos a una rubia.
Al dolor se superpuso la ira.
Se materializó y caminó con decisión hacia la pareja. Cuando Giulian levantó la
mirada y se encontró con aquellos ojos violeta, tuvo la clara sensación de que
estaba a punto de morir. Sin embargo, se apartó de la mujer y quiso ir hacia la
suya, pero una fuerza invisible lo detuvo.
-
Sam…
-- pero lo que vio en aquella mirada lo hizo enmudecer
-
¿Sam? --
preguntó la rubia -- Cariño no me dijiste que tuvieras una
hija --
dijo al ver a la chica
Aquel infortunado comentario
hizo que la sangre de Sam llegará al punto de ebullición.
-
En
realidad tiene seis -- dijo Sam con una voz peligrosamente baja
-
¡Vaya!
¿Cuándo pensabas decírmelo? -- pregunto
con cierto deje de reproche
-
La
pregunta es ¿Cuándo pensaba decírmelo a mí?
-
Bueno
querida, los padres no…
-
¡Él
NO es mi padre! – gritó -- Ya veo que mi madre tenía razón Cornwall --
dijo con voz venenosa
La mujer que en un principio
se sintió desconcertada, creyó entender la situación.
-
No
me dirás que esta niña es… es tu…
-- pero parecía no poder
continuar
-
¿Esposa? --
aportó Sam
-
Pero
eso es ridículo.
Hubiera sido más sensato de su
parte guardar silencio. Giulian cerró los ojos esperando contra todo evento que
Sam mantuviera la calma, y se atrevió a hablar.
-
Sam
por favor…
Pero era demasiado tarde, sus apellidos
habían hecho colisión y con un movimiento de su mano, la mujer se vio envuelta
en una ráfaga de viento que la hizo perder el equilibrio y caer violentamente
al piso. Sam dio un paso hacia ella
mientras intentaba ponerse de pie.
-
¡CWYMPO YN ÔL! -- y la mujer volvió a caer
Con cada paso que daba Sam, a
la rubia le iba peor.
-
¡FFRWYDRIAD! -- la cara de la chica se comenzó a llenar
de feos granos
Giulian intentó moverse pero
su mujer no se lo permitió.
-
No
te muevas Cornwall -- le dijo con una mirada asesina, y dio otro
paso hacia la otra -- ¡MWYDOD! -- y un puñado de gusanos empezaron a
brotarle de todas partes
Cuando estuvo a un paso de la
ya histérica mujer.
-
¡DRAENIWCH! -- de
la nariz los oídos y la boca de la chica comenzó a brotar la sangre
Y mirando con profundo
desprecio a su marido, Sam desapareció. Giulian tuvo verdaderos problemas para
revertir todo aquel desastre, y mientras lo hacía había enviado un urgente
mensaje a Armel que apareció tan pronto como lo recibió.
-
¿Qué
demonios hiciste Cornwall? -- preguntó al ver a la chica, que Giulian había
tenido que hacer perder el conocimiento para poder componerla
-
No
tengo tiempo par darte explicaciones, solo encárgate de que olvide lo sucedido
Sin más se desmaterializó dejándole
a Armel una responsabilidad que ciertamente no era suya, pero que acostumbrado
como estaba a arreglar los desastres de sus compañeros, asumió con resignación.
Giulian lo primero que hizo
fue buscar a Dan, pero en cuanto los Arzhaelíes se percataron de su presencia
todos fueron a su encuentro, ya que esperaban la información que se suponía él
traería esa noche. La intención de Giulian era decirle a Dan que se iba a casa,
pero cuando lo vio le lanzó un puñetazo que lo envió a varios metros. Todos lo
miraron con desconcierto, pero fue Danny quien reaccionó más de prisa
-
¡Hey! ¿Qué demonios te pasa? --
preguntó interponiéndose en su camino, mientras Gail ayudaba a Dan a
ponerse de pie
-
¿A
qué vino eso? -- preguntó Dan levantándose y frotándose la
mandíbula.
-
¡Tu
hija va a matarme! -- le gritó, pero
todos lo miraron sin comprender.
-
¿Por
qué? --
preguntó Gail
-
¿Por
qué? Porque me encontró con Sasha, por
eso.
Y ciertamente coincidieron con
él, en realidad estaba en verdaderos problemas. Dan palideció y se preguntó
cómo había ocurrido semejante desastre. Le pidieron que les explicara qué había
sucedido, pero él solo quería irse y hablar con ella.
-
¿Estás
seguro que quieres hacer eso? -- preguntó Alaric
-
Conociendo
a Sam, tienes suerte de estar vivo aún
-- opinó Jonathan
-
Solo
perderás unos minutos, dinos qué paso
-- lo detuvo Dan
Giulian se paseaba de un lado
a otro mientras les hacía el relato, y pensó que solo estaba retrasando el
momento de que Sam acabara con él. Dan se ofreció solidariamente a hablar con
su hija antes de que Giulian la viera, después de todo él sabía cómo eran las
cosas en realidad, además de sentirse en parte responsable por haber
metido a Giulian en ese lío. Sin
embargo, Danny y Gail no querían ni siquiera estar cerca, conocían lo
suficiente a su hermana como para saber que la onda expansiva de esa explosión,
iba a derribar a cualquiera que estuviera al alcance. De manera que ellos dos
se marcharon hacia sus casas, mientras Dan y Giulian partían rumbo a Averdeen.
-
Realmente
este infeliz tiene muchos deseos de morir
-- dijo Greg
-
Y
sin duda la Niña
va a masacrarlo -- dijo Garlan con maligna satisfacción
Pero al llegar a Averdeen, se dieron cuenta de
que Sam no estaba.
Cuando Sam se desmaterializó,
no tenía idea de a dónde ir, simplemente quería salir de allí. De modo que
apareció en la misma plaza solitaria donde había estado cuando buscaba a Aelig,
pero algo de cordura le quedaba y aunque Blaidd apareció a su lado, se dio
cuenta que no era sensato estar ahí a esas horas. Así que desapareció y se
encontró en la puerta de la casa de los McKenzie. Quizá lo hizo porque durante
mucho tiempo consideró a aquella casa como su hogar. Cuando Anne la vio se
sorprendió mucho, pero inmediatamente comprendió que algo muy serio debía estar
sucediendo. Lo que fue confirmado un segundo después cuando Sam se lanzó en sus
brazos llorando con desconsuelo. Anne
intentó hacerla sentarse, pero la chica seguía aferrada a sus brazos sin
moverse. Tuvo que emplear un considerable esfuerzo para hacerla moverse hacia
el sillón y sentarse. Entre sollozos le contó lo que había pasado y Anne no
podía creerlo. Pero después recordó que Giulian siempre había sido un
mujeriego, aunque por alguna razón, ella
no creyó que sería capaz de hacerle algo así a Sam.
Anne tomó varias decisiones
rápidas. En esas condiciones Sam no podía regresar a su casa, de modo que le
dio un brebaje para dormir, pero no le dijo qué era. En cuanto estuviera
dormida, se pondría en contacto con Dan y con Amy para avisarles que su hija
estaba allí y que ni se les ocurriera aparecer con Giulian porque Sam no quería
ni verlo.
Una vez que la chica se
durmió, Anne se dispuso a enviarle un
mensaje a los Douglas, pero en ese momento apareció Kenny.
Anne McKenzie era en todos los
sentidos una excelente madre, pero con todo y eso, no se había percatado que el
interés que sentía su hijo menor por Sam no había desaparecido, y por el
contrario había aumentado. De modo que al verlo aparecer, le contó lo que
estaba sucediendo, provocando con esto que Kenny corriese al salón y se
arrodillase al lado de Sam. A pesar de que estaba dormida, notó las huellas de
su reciente llanto y sintió deseos de hacerle mucho daño a Giulian Cornwall por
hacerla sufrir de aquel modo. Le pasó la mano por la frente para retirar los
cabellos de su rostro y se volvió a su madre.
-
¡Mamá
está ardiendo! -- dijo con preocupación
-
Me
lo imaginaba, siempre le pasa. Voy a avisarle a Amy.
-
No,
deja que yo vaya a buscarlos -- y entrando al Dver, se dirigió hacia Averdeen.
Después de registrar toda la casa
y convencerse de que Sam no estaba. Comenzaron a planear qué era lo mejor por
hacer. Dan quería contarle a Amy, pero Giulian no. Ya sería bastante malo tener
que enfrentar a Sam como para sumarle la ira de Amy.
-
No
seas necio Giulian, va a enterarse de cualquier manera -- le
estaba diciendo Iván a quien sí habían puesto al tanto de lo sucedido
Estaban en esa discusión
cuando Amy y Elar entraron al salón. Al ver sus caras supieron que algo había
pasado, pero no tuvieron tiempo de averiguarlo porque en ese preciso momento
apareció Kenny McKenzie en el Dver. Por supuesto él era la última persona que Giulian
deseaba ver en esos momentos, y lo que dijo le gustó menos aún.
-
Estoy
aquí por Samantha -- dijo sin saludar siquiera
-
¿Quieres
hablar con ella? -- le preguntó Amy extrañada por la hora
-
No,
vine a avisarles que está en casa de mis padres
-
¿Cómo? --
preguntó Amy cada vez más sorprendida
-- ¿Qué hace allá a estas horas?
Pensé que estaba en su habitación.
-
Será
mejor que vengan, Samantha no se encuentra muy bien.
Giulian salió disparado pero Kenny
le cortó el paso.
-
A
ti no quiere verte -- dijo con ira
-- ¿No crees que ya le hiciste
bastante daño?
-
Apártate
de mi camino McKenzie -- dijo Giulian sacando su Gwialen
-
Yo
en tu lugar no haría eso -- dijo Kenny con voz fría
-
¡Un
momento! -- gritó Amy -- ¿Alguien puede explicarme qué está
pasando?
Pero los dos hombres seguían
mirándose con fiereza, e ignorando a
Amy, Giulian avanzó hacia Kenny.
-
¡Tú
no tienes ningún derecho a impedirme ir a buscar a MI
mujer!
-
Ella
expresó muy claramente que no deseaba verte. Yo solo me limito a cumplir sus
órdenes.
-
¡Giulian
Cornwall! -- gritó Amy -- ¿Qué
le hiciste a mi hija, y por qué no quiere verte?
-
Amy --
intervino Dan antes de que las cosas se pusieran peor -- yo
te lo puedo explicar
-
Daniel
Douglas, si vas a sacarle las castañas del fuego nuevamente a este imbécil,
mejor piénsalo bien -- dijo ella con ira
-
Dan,
Amy --
dijo Kenny -- creo que es mejor
que nos vayamos, como ya les dije Samantha no está bien.
Dan e Iván se acercaron a Giulian
que estaba conteniéndose a duras penas para no darle un puñetazo a Kenny y
sacarlo de su camino.
-
Giulian
por favor -- le dijo Iván
-- déjanos ir primero, no compliquemos más las cosas. Deja que yo le
explique
-
¿Sabes
lo que me estás pidiendo? -- preguntó incrédulo
-
Lo
hago por el bien de ambos, créeme.
-
Dan… --
llamó Kenny
Giulian estaba desesperado
pero no pudo hacer nada. Los dejó ir, pero se quedó maldiciendo su suerte. Iván
había mirado a Elar y ella había asentido en señal de haber comprendido que no
debía dejar solo a Giulian. Pero pasados unos minutos, el cerebro de Giulian comenzó
a torturarlo nuevamente con imágenes que no quería ver de Kenny y Sam juntos.
Kenny dejó a los Douglas y a
Iván en la casa de sus padres, pero él debía volver a la suya si no quería
tener más problemas con Anastasia, aún así le dijo a su madre que lo mantuviera
informado y que volvería al día siguiente.
Samantha no volvió esa noche a
su casa. Entre Iván y Dan les explicaron a Amy y a Anne la verdad de lo que
había sucedido, y aunque ellas no aprobaban los métodos de cómo habían hecho
las cosas, entendieron. Pero no tuvieron oportunidad de explicárselo a Sam
porque la fiebre no cedía y se despertaba de a ratos, pero solo para volver a caer
en una semiinconsciencia, y así pasó
toda la noche.
Cuando Kenny llegó al día
siguiente, se encontró con Giulian y Dan que habían ido a buscar a Sam para
llevársela a casa. Estaba muy disgustado porque no habían respetado los deseos
de Sam, pero ni él ni Anne pudieron convencerlos de que la dejaran allí hasta
que se recuperara.
Esa misma noche, se
encontraban Anne y Peter en el salón. Ya era bastante tarde cuando llegó Kenny
y traía muy mala cara.
-
¿Qué
sucede? -- preguntó Peter
-
Anastasia
está embarazada otra vez -- dijo con muy poco entusiasmo
-
¿Pero…
no es demasiado pronto? Iker ni siquiera ha cumplido un año – dijo Anne
-
Lo
sé mamá, fue un descuido, pero lo
preocupante es que el Läkare opina que no es buena idea, Anastasia no se
encuentra muy bien y podría perder al niño.
-
No
te preocupes hijo, si hace todo lo que los Läkares le indiquen, seguro que todo
saldrá bien.
Los señores de los elementos
se encontraban reunidos a solicitud de AEGIR,
quien en ese momento tenía la palabra.
-
Sealkie me ha pedido permiso
para ayudar.
-
Sí, Liminiades también lo ha
hecho --
dijo LUGH -- Lo
he venido diciendo desde su entrenamiento. Sus sentimientos son su mayor
debilidad, no le permiten ver ni pensar con ecuanimidad.
-
Es joven aún -- dijo FJÖRGYN
-
Sin embargo -- intervino NJÖRD -- fui informado que exhibe una habilidad y
dominio asombroso de su poder.
-
El poder no es útil si no
logra mantener el dominio de la mente sobre los sentimientos -- dijo LUGH -- y en estos momentos es crucial.
-
Desde el inicio sabíamos que
su energía vibraba en ese plano -- opinó AEGIR – Sugiero
solicitar ayuda de alguien que vibre en el mismo. Debimos hacerlo desde un
principio.
-
Quizá tengas razón -- dijo LUGH
-
Pero debemos ayudarla primero -- advirtió NJÖRD -- también es nuestro deber protegerla.
-
Creo que todos estamos de
acuerdo en este punto -- acordó FJÖRGYN
-
Que así sea entonces -- concluyó LUGH -- que Liminiades y
Sealkie, se encarguen de traer su consciencia superior hasta aquí. Y nosotros
nos encargaremos de traer a quien pueda ayudarla.
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