Todo
el cuerpo de Arzahelíes y Krigers estaba en formación en el patio principal de
Arx durante el funeral de los Krigers que habían resultado muertos en el
reciente ataque al hospital. Samantha se sintió terriblemente mal cuando los padres
de Casander recibieron las pertenencias del chico, y el sentimiento de culpa la
estaba ahogando. Una vez finalizado el acto, haciendo acopio de valor caminó
hacia los afligidos padres de Casander. Mael mucho más veloz que Giulian,
estaba a su lado antes de que llegase hasta ellos.
-
Señores Lèbedev, tanto mi familia como yo, lamentamos
mucho lo sucedido -- dijo Sam
-
Gracias -- les
dijo el señor Lèbedev
-
No me lo agradezcan, la que siempre estará agradecida
soy yo -- contestó Sam
Sam no
sabía qué más decir, suponiendo que hubiese algo apropiado, y en ese momento
llegaron hasta ellos los demás que también presentaron sus condolencias a los
Lèbedev. Sin embargo, en cuanto Giulian estuvo al lado de Sam, Mael se movió
con celeridad y cortó el paso a Anastasia. Él había visto que se acercaba en
actitud hostil, de modo que había decidido evitarle un mal rato a Sam.
-
Anastasia, todos aquí hemos perdido a alguien, de
manera que no solo lamentamos lo sucedido a Casander, sino que entendemos tu
pena
-
Esa… -- pero se detuvo por dos razones, la primera
que Mael había aferrado su brazo con poca delicadeza, y la segunda por el
peligroso brillo de los ojos esmeralda
-
Dije que podía entender tu pena, pero en ningún caso
voy a permitir que te acerques a ella para insultarla --
dijo con voz helada
-
¡Ella es la causante de todas nuestras desgracias!
-
Aun suponiendo que así fuera, y no es, te aseguro que
si haces una tontería no tendré ningún problema en sacarte del camino, y si
tienes alguna duda al respecto te sugiero informarte mejor acerca de quién soy y de lo que soy capaz
Dicho
esto la soltó y le dio la espalda para acercarse nuevamente al grupo que ya
despedía de los Lèbedev.
-
Él siempre te amó Samantha --
dijo la llorosa madre de Casander
-- y lo demostró hasta el último momento.
Sam
había sentido como el cuerpo de Giulian se tensaba al oír aquello, pero en ese
momento no podía preocuparse por los celos de su esposo, Casander estaba muerto
y era su culpa, Kenny estuvo a punto de morir, y era su culpa. Se sentía terriblemente
mal, solo quería llegar a su casa y estar sola. De modo que cuando llegaron, se
encerró en el estudio y nadie la molestó, porque todos entendían cómo debía
estarse sintiendo.
Había
pasado más de una semana del ataque al hospital. Todavía el mundo Arzhvael se
preguntaba las razones para aquella cruel, sangrienta e inexplicable agresión.
Lo
ocurrido logró crear el ambiente de zozobra que en opinión de Dan, estaban
buscando sus artífices. Pero lo más preocupante, era que la gente había
comenzado a susurrar el nombre de Samantha Douglas, relacionándolo
estúpidamente con Nurión. Así las cosas, Peter se reunió con el Consejo
Arzhaelí y les participó que pensaba hacer una declaración pública acerca de lo
que en realidad estaba pasando. Los Arzhaelíes habían estado de acuerdo e Iván
fue designado por Eowaz para que asistiese con Peter a la rueda de prensa y
aclarase las posibles dudas.
A Iván
no le entusiasmaba nada esa idea, sus anteriores contactos con la prensa no
habían sido gratos y dudaba que eso fuese a variar.
-
Debes hacerlo, pronto asumirás la dirección de la Orden , de modo que va siendo
hora que te hagas cargo de todo -- le dijo Eowaz
Aunque
Iván era consciente de que Eowaz había estado preparándolo para aquello, era
algo de lo que no habían vuelto a hablar y ciertamente seguía sin sentirse apto
para ello.
-
Lo estás Iván, lo estás --
dijo el anciano antes de dejarlo marchar
Afortunadamente
el asunto no había ido tan mal. Peter le informó a la comunidad Arzhvael por
medio de un comunicado del que también hizo entrega a la prensa, que el
responsable de los eventos recientes era Mikael O’Neill, el hijo de Bastian.
Esto por supuesto generó toda clase de especulaciones, había desde los que
creían que el Presidente del Consejo de Estado se había vuelto loco, hasta los
que aseguraban que decía aquello solo para encubrir al verdadero agresor, y
muchos seguían desconfiando de la sangre O’Neill de Samantha debido a los
rumores que se habían filtrado con relación a su actuación en el Hospital.
Por
otro lado, Sam no estaba muy contenta consigo misma por la forma como había
empleado sus poderes, pensaba que se había excedido y que LUGH tenía razón al asegurar que no era capaz de dominar sus
sentimientos. Los miembros de su familia no le habían tocado el tema, pero ella
sabía que en cualquier momento lo harían, porque de no haber sido por su Armel
y Mael probablemente los hombres a los que había encerrado, ahora estarían
muertos. No es que sintiera especial simpatía por ninguno de ellos, pero ella
no era una asesina, y se había dejado arrastrar por la ira y el dolor.
Desde
los sucesos del hospital, Giulian estaba viviendo su infierno particular. La
imagen de Sam llorando sobre el cuerpo de Kenny, se empeñaba en torturar su
mente. A muy duras penas había logrado hacer a un lado las sospechas que había
albergado después de la noche de año nuevo, y ahora esto. Necesitaba
desesperadamente confirmar o negar aquello, pero sentía un miedo atávico a lo
que pudiera suceder.
Como
ya había pasado una semana y Sam no había recuperado su sonrisa, Dan decidió
hablar con su hija.
-
¿Samantha, podemos hablar? --
preguntó asomando la cabeza a la habitación de ella
-
Claro papá, pasa.
-
Hija ya sé que lo que pasó fue terrible, pero ya es
hora de que lo superes.
-
Tú no puedes entender cómo me siento papá.
-
Claro que puedo linda. Pero no puedes…
-
¿De qué me sirven tantos poderes si no puedo evitar
que la gente que amo, o que me ama, siga muriendo a mí alrededor?
-
Escúchame
-- dijo Dan tomándola por los
hombros -- Tú no eres responsable de las
locuras que pueden llagar a cometer los hombres. Hija tienes que entender que
no podrás salvarlos a todos. Es posible incluso que en algún momento tengas que
decidir entre salvar a alguien y dejar a
otro. Debes estar preparada para eso.
Sam abrazó a su padre como buscando protección, y
él la dejó derramar las lágrimas de rabia, de miedo y de frustración que tenía
acumuladas.
-
La carga que tienes sobre los hombros es muy pesada -- le
dijo -- pero te puedo asegurar dos
cosas. Primero, que no tengo dudas de que seas la más indicada para afrontarla,
y segundo, que no estás sola.
Aún
permaneció un rato más abrazando a su hija. Cuando la sintió más tranquila, se
decidió a decirle otra cosa.
-
Ahora quizá me digas que esto no es de mi incumbencia,
pero aún así me arriesgaré. Deberías ocuparte de Giulian
-
¿Qué? -- preguntó extrañada
-
El siente que lo has hecho a un lado, y está pensando que ya no lo amas.
-
Pero eso es absurdo
-- dijo Sam, con los ojos muy
abiertos.
-
Eso lo sé yo,
lo sabes tú y casi la humanidad entera, pero ya sabes lo cabeza dura que
es tu marido, aparte de que los celos lo están matando.
-
¿Celos? Papá, Casander está muerto, no…
-
No se trata de Casander, se trata de Kenny
-
¡Oh por favor! No puedo creer que siga con eso. Kenny
es como mi hermano, se lo he dicho ya.
-
Déjame ponerlo de esta manera, si yo fuera Giulian,
ya habría matado a Kenny.
-
¡PAPA!
-
Samantha, no tengo idea de qué le pasa a ese muchacho,
tiene una esposa bella, tres hermosos hijos y otro en camino, pero es muy
notorio el interés que siente por ti, y no tiene nada que ver con el amor
filial.
-
Aunque lo que dices fuera cierto --
dijo con tono de duda -- Yo amo a
Giulian.
-
Hija, los celos y el amor vienen en el mismo empaque,
y Giulian es en extremo celoso porque te ama en extremo. Así que antes de que
cometa una locura, ¿querrías por favor prestarle más atención?
Sam
recordó las palabras que utilizó Iván en una ocasión para describir a su marido
“Giulian… es un hombre de sentimientos
extremos”. Miró a su padre y le sonrió para tranquilizarlo, pero él aún
quiso agregar algo más.
-
Samantha, conozco a Giulian desde que éramos niños, lo
vi coleccionar mujeres como si fuesen trofeos. La relación con tu madrina fue
turbulenta porque él seguía comportándose de la misma forma que lo había hecho
siempre, y no creí que lo vería perder la cabeza por una mujer hasta que
apareciste tú. Lo conozco como a mí mismo, y por eso sé que te ama con locura.
Ese hombre se muere si te pierde hija.
-
No te preocupes papá, eso no sucederá, voy a resolver
esto.
-
De acuerdo, ya me cansé de verlo deambular por la casa
como un fantasma. Además quiero que regrese mi amigo, estoy aburrido de no
tener con quien pelear -- finalizó con una sonrisa
En la
tarde Sam entró al cuarto de juego de los niños y Giulian estaba allí jugando
con ellos. Recordó que tenía que hablar con él como se lo había prometido a su
padre, pero en cuanto los niños la vieron corrieron hacia ella, de modo que
pensó que eso tendría que esperar y además se preguntó: ¿Por qué él no podía
confiar en su amor como ella confiaba en el suyo? Recordó lo mal que se había
sentido cuando lo encontró con aquella mujer, pero ella lo había superado ¿no?
Lo miró, le sonrió y él le devolvió la sonrisa pero triste.
-
Hola Vali
-- saludó Sam un momento después
Giulian
miró a todos lados preguntándose si su esposa estaba bien, porque él no veía a
nadie más allí.
-
Buenas
tardes -- contestó el
elemental
-
¿Sam? -- dijo Giulian mirándola preocupado --
¿Amor, con quién hablas?
-
Con Vali ¿Has olvidado al guardián de los niños?
-
¿Está aquí?
-
Sí, siempre está aunque tú no puedas verlo.
El
volvió a mirar a todos lados como dudando del asunto, pero al final lo dejó
como otro de los misterios que envolvían a su esposa. Les dio un beso a los
niños y salió de la habitación.
-
Vali, siento
que estoy haciendo las cosas mal pero no sé cómo remediarlo. Pensé que sería
capaz de controlar mis sentimientos, pero no pude. Les estoy fallando.
-
No, no
es así. Estás viendo las cosas de modo equivocado, actuaste como tu consciencia
te lo indicó, solo defendiste a todos de un mal mayor.
-
¡Vali maté a una gran cantidad de personas! --
dijo con desesperación -- Y lo hice porque estaba furiosa. Soy la
culpable de la muerte de Casander, casi matan a Kenny por mi culpa, y no pude
salvar a todas las personas que murieron ese día --
pero con asombro vio que Vali
sonreía.
-
¿Sabes
que es muy arrogante querer adjudicarse toda la responsabilidad por todo lo que
sucede? Primero aclaremos algo -- dijo
--
Tú no puedes ser culpable de la muerte de Casander porque él tomó esa
decisión. Debes entender que todos tienen un propósito al ingresar a tu
dimensión, él cumplió con el suyo, y lo mismo aplica al otro. Es cierto que
muchas vidas se perdieron, pero si no hubieras actuado como lo hiciste muchas
más se habrían perdido. Y estás equivocada cuando piensas que no pudiste
dominarte porque sí lo hiciste. Te sobrepusiste al dolor y actuaste en
consecuencia. Sentiste ira porque sigues siendo un ser humano, pero a pesar de
que pudiste matarlos a todos, no lo hiciste.
-
Solo porque Mael y Armel me lo impidieron -- dijo con tristeza
-
No,
ellos no habrían podido detenerte si en realidad hubieras querido hacerlo -- le
dijo con convicción -- El camino es duro pero has avanzado mucho,
serénate, busca el equilibrio en tu interior, aún tienes algo que resolver para poder
continuar.
-
Gracias Vali
-
Para
servirte siempre.
Sam se
entretuvo con los niños casi hasta la hora de la cena, y como siempre fue
Elijah quien se lo hizo notar.
-
¿Mami, comerás con nosotros? -- le
preguntó con delicadeza
-
Claro cielo, vamos
Bajó
con los niños y aunque se sentó con ellos, apenas si tocó el plato y en esta
ocasión fue Brendan el que se preocupó.
-
Mami, tu dices que si no comemos no creceremos y
podemos enfermar ¿no?
-
Así es corazón
-- y vio que el niño arrugaba el
ceño
-
Entonces tú te vas a enfermar mami
Sam
vio su plato pero antes de que pudiese decir nada se topó con la mirada triste
de Elijah, de modo que se esforzó por comer algo más.
Más
tarde cuando pasó a darles las buenas noches a los niños, Derian ya casi estaba
dormido, pero Darien como de costumbre no y estaba sentado en su cama, de modo
que Sam fue y se sentó junto a él.
-
¿Qué sucede amor?
-- pero en lugar de contestar,
Darien se aferró al cuello de Sam
-
No quiero que te enfermes
-
No estoy enferma mi amor
-
Pero Brendan dijo que te enfermarías por no comer
-
Cielo eso no va a suceder ¿bueno? -- el
chico se separó y le sujetó el rostro
-
Promételo
-
Darien…
-
Promételo mami
-- insistió
-
De acuerdo amor, te lo prometo -- y
los ojitos de Darien se iluminaron y la sonrisa de su padre apareció en sus
labios
-
Gracias mami, ahora estoy tranquilo porque tío Mael
dice que no podemos incumplir una promesa. Tú sabes eso ¿no?
-
Sí cielo, lo sé
Después
de eso el niño se acomodó en la cama para que Sam lo arropase, le dio un beso y
se marchó. Cuando entró a la habitación de Brendan y Elijah, Mael estaba allí.
Brendan ya estaba dormido y Elijah hablaba con su padre, de modo que Sam no se
entretuvo mucho. Sin embargo, una vez que dejó la habitación y estaba por
llegar a la suya, sintió la mano de Mael sujetando su brazo.
-
Elijah está preocupado por ti Nena
-
Trataré de hablar con él mañana y…
-
No servirá de nada, es posible que a los demás puedas
convencerlos con palabras Nena, pero Elijah te
siente
-
Igual que tú ¿no?
-
Sí, igual que yo
-- ella bajó la cabeza y él
colocó un dedo bajo su rostro y lo elevó
-- Deja de atormentarte Nena, hay
cosas que no podemos evitar y lo sucedido no es tu culpa
Le dio
un beso en la frente y un segundo después ya no estaba, de modo que Sam entró a
su habitación y dispuso a esperar a Giulian, tenía una conversación pendiente
con él. No obstante, no sabía cuanto tiempo después se había quedado dormida y
cuando despertó no vio a Giulian a su
lado. Cerró los ojos y repasó la casa buscándolo hasta localizarlo en el
estudio y estaba… estaba bebiendo. Frunció el ceño, se levantó y fue a
buscarlo.
Cuando
se apareció en el estudio notó que ya había amanecido, lo que significaba que
él había pasado la noche allí. Willow también estaba ahí al parecer intentando
que su amo se fuera a la cama.
-
El amo ya ha bebido mucho, la señorita se molestará
con el amo y con Willow por no detenerlo.
-
¡Vete al infierno, maldito nisser! -- le gritó con voz pastosa -- Ella ni siquiera nota que existo --
agregó llevándose la botella a la boca.
-
¡Basta Giulian!
-- dijo Sam avanzando hacia él – Deja esa botella y sube inmediatamente.
-
Señorita, Willow hizo todo…
-
¡Cállate Willow!
-- le ordenó Giulian
-
Déjalo en paz Giulian Alexander, él solo trataba de
ayudarte. Ahora compórtate como un adulto y sube a la habitación.
-
Déjame en paz – le dijo él de malos modos
Iván
siempre madrugador, atraído por los gritos se había acercado y tropezó con Dan
que ya se había levantado también, y entraron al estudio
-
¿Qué sucede?
-- preguntó Iván, aunque les
bastó una mirada alrededor para imaginarlo
-
Nada, solo intento convencer a este tarado, de que
deje la botella y suba a acostarse.
Dan
miró a su hija con reproche, porque sabía el motivo por el que su amigo se encontraba
en aquella situación. Sin embargo, se acercó a él en forma conciliadora.
-
Vamos hombre, ya has bebido suficiente.
-
Déjenme en paz. Lárguense todos. Tú debes estar
disfrutando mucho esto ¿verdad Dan? Por fin alguien le dio su merecido a
Giulian Cornwall
-
Deja de decir incoherencias y déjate ayudar -- le
dijo Dan
-
Y tú -- dijo
enfocando sus enrojecidos ojos en Sam
-- ¿cuánto vas a tardar en
decirme que te vas con McKenzie?
Iván
cerró los ojos con resignación esperando que Sam no reaccionase muy mal, aunque
él personalmente quería sacudir al muy cretino. En otras circunstancias aquello
le habría traído un muy serio problema a Giulian con su mujer, pero ella estaba
muy consciente de su responsabilidad en el asunto, aparte de que era evidente
que aquel hombre estaba hecho una pena. De modo que con un suspiro, se acercó a
él.
-
Giulian -- dijo con su voz más calmada --
tenemos que…
-
No te me acerques
-- la cortó, y para sorpresa de
todos la apuntó con su Athame -- eres
una maldición para mí.
En
otro momento Giulian no habría ignorado el peligroso brillo que apareció en los
ojos de Samantha, pero en las condiciones en las que estaba, ni siquiera era
capaz de mantenerse en pie sin ayuda. Aún así, eso no le importó a Sam y dos
segundos después de concluida la frase, su Athame salió despedido de su mano y
él cayó de nuevo en el sillón.
-
Ya me cansé --
dijo Sam agarrándolo por un brazo y levantándolo --
ahora subirás a tu habitación, quieras o no.
-
No puedes obligarme
-- trató de soltarse, pero solo
se tambaleó aún más -- Dan ayúdame
Pero
su amigo, más prudentemente, se había alejado y le hizo un gesto de impotencia.
-
¡Iván!
-
Yo no hermano
-- dijo el aludido
-
¡Willow aleja a esta mujer de mí! -- le
ordenó al nisser, que miraba a uno y a otro sin saber qué hacer
-
No te muevas Willow, por favor --
dijo ella -- ¿Se te olvida que yo también soy una
Cornwall?
-
¡Willow!
-- le gritó de nuevo
-
La señorita le
ordenó a Willow que no se moviera señor
Sam le
sonrió al nisser, aferró más fuerte el brazo de Giulian, y desaparecieron hacia
su cuarto. Intentó meterlo en la cama pero le estaba costando.
-
Giulian no me obligues a hacerte daño, te comportas
como un niño. Haz el favor de meterte en la cama.
Pero
él solo la miraba embobado, ella olía a limpio, aquellos labios que lo
reprendían lo tenían hipnotizado, y solo quería retenerla a su lado pero ella
se empeñaba en empujarlo. Al final con un movimiento brusco, cayó en la cama arrastrándola con él. Rodeó
su cintura con un brazo, y con el otro atrajo su rostro hasta apretar con
violencia sus labios. Ella se debatía en sus brazos, pero en realidad no quería
hacerle daño, ya que sabía que él no era consciente de la excesiva fuerza que
estaba empleando. Él por su parte no podía, no quería y no la iba a soltar. Lo
único que su cerebro era capaz de procesar, era que la necesitaba. Si ella no
hubiese dejado de forcejear abandonándose a los deseos de él, habría sido la
primera vez en su vida que Giulian Cornwall habría tomado a una mujer por la
fuerza.
Muchas
horas después, la luz hirió sus ojos al abrirlos, tenía un fuerte dolor de
cabeza y una desagradable sensación en el estómago. Intentó levantarse pero una
mano suave lo retuvo, ladeó con cuidado la cabeza y la vio allí. A través de la
bruma de su embotado cerebro, logró capturar algunas imágenes de lo sucedido y
sintió una enorme vergüenza. Es verdad que había estado muy borracho, pero
recordaba. Ella le acercó una taza a los labios.
-
Bébelo te
sentirás mejor -- le dijo
Pero
él lo dudaba mucho, no había brebaje o conjuro que lo hiciera sentir mejor.
Había cruzado una línea, y estaba muy consciente de ello, era un bastardo
desgraciado que casi había violado a su propia esposa.
-
¿Mejor? -- le preguntó Sam -- Espero que sí, mamá puso mucho empeño en
preparártelo.
¿Cómo
es que estaba allí mirándolo sin sombra de reproche en sus ojos? Debería estar
furiosa con él. En todo caso él lo estaba. El dolor estaba pasando y su cabeza
se iba aclarando.
-
Sam no se…
-
No, escúchame porque necesito decirte algo -- lo
interrumpió -- ¿Estas en condiciones de
prestar atención?
-
Sí -- contestó preparándose para escuchar lo que
más había temido.
-
Primero quiero disculparme contigo, esta conversación
debimos haberla tenido hace días, pero perdí mucho tiempo auto compadeciéndome
y no tuve en cuenta cómo te estabas sintiendo. Y lo otro es que no te entiendo
Giulian. Yo te amo, no he amado ni amaré a nadie más que no seas tú. ¿Por qué
no puedes creerlo?
Giulian
sintió que le quitaban un enorme peso de encima, y que el corazón había dejado
de dolerle. Se incorporó en la cama ignorando el malestar que el brusco
movimiento le produjo, y la atrajo hacia sí. Cuando la separó para mirarla,
sintió una enorme furia consigo mismo. Unas lágrimas resbalaban por el rostro
de ella y él pensó que se debían a su conducta de hacía unas horas.
-
Princesa sé que no lo merezco, pero perdóname. No
quise hacerte daño.
-
Pero lo hiciste
-- le dijo ella sin darse cuenta que ambos estaban hablando de algo
distinto -- Cada vez que pones en duda
mi amor por ti, me haces daño.
-
¿Qué? --
preguntó confundido
-
Ya una vez te dije que nunca te atrevieras a dudar de
mí.
Giulian
trató de ordenar sus pensamientos. Evidentemente ella hablaba de algo diferente
a lo que él estaba pensando.
-
Mi amor yo te estoy pidiendo que me perdones por lo
que te hice hace un rato. Me siento terrible por… --
pero una sonrisa triste asomó a los labios de ella.
-
¿Solo eso te preocupa? ¿No te importa cómo me hace
sentir que no creas en mi amor?
-
Claro que me importa, y te juro que no volveré a dudar
de él. No puedo prometerte que no querré matar a cualquiera que se atreva a
mirarte siquiera, pero no volveré a dudar de ti.
Ahora
su sonrisa fue más alegre y se acurrucó en sus brazos como a él tanto le
gustaba.
-
Y en cuanto a lo otro…
-
Dicen -- lo interrumpió ella -- que el alcohol y los celos pueden volver a
un hombre un imbécil.
-
Y seguramente los dos combinados, hacerlo enloquecer
por completo. ¿Me perdonas?
-
Lo pensaré.
Y
ambos rieron, al parecer habían logrado superar otro obstáculo. Se amaban y eso
era lo único importante.
Los
siguientes dos meses estuvieron salpicados de ataques en menor escala que el
del hospital, y de desapariciones
sumamente extrañas. Gracias a toda la información que los Arzhaelíes
consiguieron con su investigación, y que Giulian y Jonathan se habían encargado
de hacer llegar a los Firbolgs, ellos lograron apresar a muchos de los lideres
de aquel grupo de desquiciados. Sin embargo, también habían tenido noticias de
ataques a Firbolgs que no obedecían a ningún patrón, parecían completamente
aleatorios.
Una
mañana estaban en plena práctica cada uno con diferentes grupos, cuando
escucharon que se activaba la alarma. Todos suspendieron lo que estaban
haciendo y cada grupo recibió el mensaje fuerte y claro de Iván, ordenándoles
dirigirse al Instituto porque éste estaba siendo atacado. Giulian como siempre
sintió aprensión porque conocía bien a su mujer y sabía que aparecería en medio
del ataque, mientras que ellos tenían que hacerlo por el camino largo, ya que
no podían materializarse directamente en un lugar protegido. Tal y como él
había pensado Sam se había materializado directo en medio del conflicto, la
medianamente buena noticia, fue que se comunicó con todos con los que podía
hacerlo.
-
Materialícense
en el patio central, todas las protecciones han sido rotas
Giulian,
Mael, Gail, Armel, Garlan y Kenny fueron los primeros en llegar hasta donde
ella se encontraba, y unos segundos después los demás Arzhaelíes comenzaron a
materializarse a su alrededor. Despacharon rápidamente al primer grupo compacto
de hombres que intentó impedirles el paso. Se comunicaron con Dan para saber su
posición, y les indicó que se dirigían al patio principal. Giulian le dijo que ya no era necesario, pero
su mensaje se cruzó con el de Diandra avisando que en el primer piso estaban siendo
atacados y los atacantes superaban en número a su grupo. Unos minutos después y dejando unos cuantos
cuerpos tirados a su paso, casi chocaron con Danny que derrapando por la
esquina de un pasillo, venía todo correr seguido de cerca por Dan y más atrás
venía Greg con su grupo.
Desde
donde estaban escucharon los gritos de los aterrorizados estudiantes, de modo
que se apresuraron tanto como pudieron solo para quedar momentáneamente
paralizados. Un ser monstruoso con cara de hombre, cuerpo de león, alas de
murciélago y cola de escorpión que debía medir unos 5 metros de largo y 3 de
alto aproximadamente, amenazaba a un grupo grande de alumnos.
-
¿Pero qué demonios…
-- comenzó Kenny
-
Es una Mantícora
-- dijo Sam -- tengan precaución puede volar, ataca con la cola y su veneno es mortal.
-
Me siento encantado
-- dijo Gail
-
Probemos que tan resistente es su piel con un Pereryv
-- dijo Dan
-
Y prepárense a desaparecer fuera de su alcance si no
logramos hacerle daño -- advirtió
Sam --
a la de tres. 1…2… ¡AHORA!
-
¡OBSHIVYA
PERERYV! -- diez rayos dieron de lleno en el cuerpo de la
criatura.
Vieron
salir un líquido oscuro que supusieron sería sangre, pero el bicho seguía en
pie aún y comenzó a atacar.
-
¡PROHIBERE! -- lanzó Alaric para protegerse y proteger al
grupo tras él
-
¡ZABRANIT! --
Armel hizo lo mismo para proteger al grupo más cercano a él
Giulian
notó que aquella cosa se movía torpemente, por lo que dedujo que los conjuros
lo habían debilitado, y así se los hizo saber a todos. Por su parte Danny tuvo
una de sus locas ideas, se desapareció y se materializó debajo del monstruo.
Gail, Di, Mael, Kenny y Sam captaron la idea e hicieron lo mismo. Unos segundos
después volvieron a lanzar el conjuro y se desaparecieron de allí justo a
tiempo porque el cuerpo de la criatura se desplomó.
-
¡Bien hecho!
-- exclamó Dan
-
¿Has perdido el juicio? -- le
gritó Giulian a su mujer
-
¡No es que alguna vez hayas tenido mucho, pero piensa
un poco Niña! -- le gritó a su vez Garlan
Pero
ella los ignoró a ambos emprendiendo el camino para salir de allí, pero apenas
habían dado unos pasos recibieron la llamada de auxilio de Amy y se
materializaron en el comedor. Aquello era un desastre, las mesas y las sillas
habían sido volcadas, los aterrorizados alumnos se pegaban a las paredes y las
únicas que permanecían en el centro eran Amy, Elar y Waleska, y todos vieron
con horror la razón. Mikael O’Neill había hecho su aparición y tenía a Aderyn.
Samantha
sintió la primera punzada de terror como todos, pero se obligó a serenarse. Si Mikael
estaba ahí, era porque ya había obtenido poder de WREEDHEID, de otro modo no se habría atrevido. Así que tenía que
actuar con cautela.
-
¡Vaya, vaya! --
dijo -- Miren a quién tenemos
aquí. Mi querida Samantha.
A
Giulian se le heló la sangre al percibir el odio frío de aquel hombre por Sam.
Pero todos recibieron la orden directa y tajante de ella, de no moverse. Iván y
Mael recibieron la orden de sujetar a Gail si era preciso, Alaric la de sujetar a Garlan que tenía la
tendencia a contradecirla en todo, Will de sujetar a Dan y Armel a Giulian si
no le hacían caso. Después de eso ella avanzó con decisión hacia el centro.
-
Madre,
retírate -- dijo con calma -- y
ustedes también
Todas
comenzaron a moverse con cuidado hacia donde estaban los demás, pero Sam notó
que Waleska estaba sangrando mucho y dio aviso a Daira que avanzó para
ayudarla. Sam miraba a Mikael fijamente mientras pensaba que no podía atacarlo
sin correr el riesgo de lastimar a su amiga. Primero se preocupó al verla
desmadejada en los brazos de él, pero comprobó que solo la había dejado sin
sentido.
-
Como verás, las cosas han cambiado mucho mi querida
Samantha.
-
Yo no lo veo así, sigues siendo el mismo desgraciado
que vi la última vez -- dijo Sam y el
rió
-
Te aseguro que tendrás ocasión de comprobarlo.
-
Evidentemente tu problema es conmigo. Déjala a ella.
Mikael
volvió a reír de forma desagradable, y pasó su Athame por el rostro de Aderyn.
-
No, no, no querida, creí haberte dicho que verías
morir a todos los que amas ¿recuerdas? ¿Qué se siente Samantha? Cuéntame ¿qué
sentiste cuando viste morir a tu patético enamorado?
Sam
sintió que la ira crecía en su interior al recordar los ojos sin vida de
Casander, pero se obligó a mantener la calma.
-
No sé de qué hablas
-- dijo con fingida indiferencia
Una
sombra de duda oscureció la mirada de Mikael pero se rehízo. Ella estaba
mintiendo.
-
Vamos Samantha, no me digas que no te dolió la muerte
de Lèbedev
-
¡Ah eso! Claro, como la muerte de cualquiera, pero en
este negocio sabemos que eso es algo que puede suceder en cualquier momento.
-
Entonces no te importará tampoco lo que le pase a tu
amiga. Me pregunto entonces… ¿por qué me pediste que la dejara ir?
-
Como ya dije, todos estamos preparados para estas
situaciones. Lamentaré su muerte, pero así es esto.
Mientras
Sam hablaba los demás buscaban con desesperación una salida, pero Mael e Iván
que aparte de Gail eran los más rápidos, temían que aquel loco le rompiese el
cuello a Aderyn si se movían, y Mikahel debió pensar poco más o menos lo mismo.
-
Dile al Licántropo y al vampiro que no se les
ocurra -- advirtió
-
Descuida nadie va a hacer nada, porque una vez que
hagas lo que sabemos que vas a hacer, no podrás salir de aquí imbécil
-
¡Zorra desgraciada!
-- escupió con odio manifiesto, y
Armel tuvo que hacer un verdadero esfuerzo por retener a Giulian --
¿Crees que me harás creer que no les importa?
Aunque
ella mantuvo su actitud impasible y de aparente indiferencia, estaba llegando
al límite de lo que podía soportar, pero no podía darse el lujo de arriesgar a
Aderyn, tenía que aguantar. No obstante, Mikael al parecer no estaba preparado
para su indiferencia y se enfureció. Y
luego hizo algo realmente estúpido, puso a levitar a Aderyn.
Sam pasó
un apresurado mensaje, Prepárense a
sujetarla. Y a continuación desapareció para materializarse tras Mikael, y
con una fuerte ráfaga de aire alejo a Aderyn de su alcance.
-
Aún no eres lo bastante listo, O’Neill -- le
susurró al oído
Todo
sucedió muy rápido. Él le lanzó alguna clase de maldición, pero ella ya estaba
preparada y protegida, pero él también fue más rápido esta vez en
desmaterializarse y el conjuro de Sam dio contra una pared. Pensó que
reaparecería pero no lo hizo, por lo que dedujo que aún no estaba listo. Quizá
había adquirido algo más de destreza, pero aún no le habían dado ningún poder
especial. Cuando se volvió hacia el grupo, ya Dan y Giulian corrían hacia ella.
-
¿Estás bien?
-- le preguntó su padre mientras
Giulian la abrazaba
-
Sí ¿y Aderyn?
-
Está bien no te preocupes, solo estaba desmayada.
Sam
escuchó una voz y se volvió con violencia, pero la voz provenía del interior de
su cabeza Has hecho lo que debías, y lo
has hecho bien. Te dije que estabas lista, solo tienes que confiar en ti. Era
Vali quien le hablaba.
-
¿Sam? -- la llamó Giulian --
¿Qué sucede?
-
Nada -- dijo ella – solo creí escuchar algo
-
Estás cansada princesa, vamos a casa.
Pero
Sam iba pensando. ¿A qué estaba jugando Mikael? ¿Por qué hacía todo aquello? No
era por simple venganza, de eso estaba segura. Pero se obligó a serenarse
nuevamente, cuando llegara el momento lo averiguaría. Por ahora solo quería
llegar a casa, ver a sus hijos y refugiarse en los brazos de Giulian. Después
de todo, seguía siendo solo un ser humano.
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