LMA 4

LMA 4
Una nueva batalla se acerca, el conocimiento de una antigua profecía que amenaza con acabar su mundo tal y como lo conocen, sumada a un antiguo legado de poder, son los protagonistas de esta nueva historia… acompáñenme a descubrir cómo harán frente nuestros valientes Arzhaelíes a esta nueva aventura con la ayuda de... Los Cinco Elementos

jueves, 4 de diciembre de 2014

Cap. 20 Angustia…



Todo el cuerpo de Arzahelíes y Krigers estaba en formación en el patio principal de Arx durante el funeral de los Krigers que habían resultado muertos en el reciente ataque al hospital. Samantha se sintió terriblemente mal cuando los padres de Casander recibieron las pertenencias del chico, y el sentimiento de culpa la estaba ahogando. Una vez finalizado el acto, haciendo acopio de valor caminó hacia los afligidos padres de Casander. Mael mucho más veloz que Giulian, estaba a su lado antes de que llegase hasta ellos.
-         Señores Lèbedev, tanto mi familia como yo, lamentamos mucho lo sucedido  --  dijo Sam
-         Gracias  -- les dijo el señor Lèbedev
-         No me lo agradezcan, la que siempre estará agradecida soy yo  -- contestó Sam
Sam no sabía qué más decir, suponiendo que hubiese algo apropiado, y en ese momento llegaron hasta ellos los demás que también presentaron sus condolencias a los Lèbedev. Sin embargo, en cuanto Giulian estuvo al lado de Sam, Mael se movió con celeridad y cortó el paso a Anastasia. Él había visto que se acercaba en actitud hostil, de modo que había decidido evitarle un mal rato a Sam.
-         Anastasia, todos aquí hemos perdido a alguien, de manera que no solo lamentamos lo sucedido a Casander, sino que entendemos tu pena
-         Esa…  --  pero se detuvo por dos razones, la primera que Mael había aferrado su brazo con poca delicadeza, y la segunda por el peligroso brillo de los ojos esmeralda
-         Dije que podía entender tu pena, pero en ningún caso voy a permitir que te acerques a ella para insultarla  --  dijo con voz helada
-         ¡Ella es la causante de todas nuestras desgracias!
-         Aun suponiendo que así fuera, y no es, te aseguro que si haces una tontería no tendré ningún problema en sacarte del camino, y si tienes alguna duda al respecto te sugiero informarte mejor acerca de quién soy y de lo que soy capaz
Dicho esto la soltó y le dio la espalda para acercarse nuevamente al grupo que ya despedía de los Lèbedev.
-         Él siempre te amó Samantha  --  dijo la llorosa madre de Casander  -- y lo demostró hasta el último momento.
Sam había sentido como el cuerpo de Giulian se tensaba al oír aquello, pero en ese momento no podía preocuparse por los celos de su esposo, Casander estaba muerto y era su culpa, Kenny estuvo a punto de morir, y era su culpa. Se sentía terriblemente mal, solo quería llegar a su casa y estar sola. De modo que cuando llegaron, se encerró en el estudio y nadie la molestó, porque todos entendían cómo debía estarse sintiendo.

Había pasado más de una semana del ataque al hospital. Todavía el mundo Arzhvael se preguntaba las razones para aquella cruel, sangrienta e inexplicable agresión.
Lo ocurrido logró crear el ambiente de zozobra que en opinión de Dan, estaban buscando sus artífices. Pero lo más preocupante, era que la gente había comenzado a susurrar el nombre de Samantha Douglas, relacionándolo estúpidamente con Nurión. Así las cosas, Peter se reunió con el Consejo Arzhaelí y les participó que pensaba hacer una declaración pública acerca de lo que en realidad estaba pasando. Los Arzhaelíes habían estado de acuerdo e Iván fue designado por Eowaz para que asistiese con Peter a la rueda de prensa y aclarase las posibles dudas.
A Iván no le entusiasmaba nada esa idea, sus anteriores contactos con la prensa no habían sido gratos y dudaba que eso fuese a variar.
-         Debes hacerlo, pronto asumirás la dirección de la Orden, de modo que va siendo hora que te hagas cargo de todo  --  le dijo Eowaz
Aunque Iván era consciente de que Eowaz había estado preparándolo para aquello, era algo de lo que no habían vuelto a hablar y ciertamente seguía sin sentirse apto para ello.
-         Lo estás Iván, lo estás  --  dijo el anciano antes de dejarlo marchar

Afortunadamente el asunto no había ido tan mal. Peter le informó a la comunidad Arzhvael por medio de un comunicado del que también hizo entrega a la prensa, que el responsable de los eventos recientes era Mikael O’Neill, el hijo de Bastian. Esto por supuesto generó toda clase de especulaciones, había desde los que creían que el Presidente del Consejo de Estado se había vuelto loco, hasta los que aseguraban que decía aquello solo para encubrir al verdadero agresor, y muchos seguían desconfiando de la sangre O’Neill de Samantha debido a los rumores que se habían filtrado con relación a su actuación en el Hospital.
Por otro lado, Sam no estaba muy contenta consigo misma por la forma como había empleado sus poderes, pensaba que se había excedido y que LUGH tenía razón al asegurar que no era capaz de dominar sus sentimientos. Los miembros de su familia no le habían tocado el tema, pero ella sabía que en cualquier momento lo harían, porque de no haber sido por su Armel y Mael probablemente los hombres a los que había encerrado, ahora estarían muertos. No es que sintiera especial simpatía por ninguno de ellos, pero ella no era una asesina, y se había dejado arrastrar por la ira y el dolor.

Desde los sucesos del hospital, Giulian estaba viviendo su infierno particular. La imagen de Sam llorando sobre el cuerpo de Kenny, se empeñaba en torturar su mente. A muy duras penas había logrado hacer a un lado las sospechas que había albergado después de la noche de año nuevo, y ahora esto. Necesitaba desesperadamente confirmar o negar aquello, pero sentía un miedo atávico a lo que pudiera suceder.
Como ya había pasado una semana y Sam no había recuperado su sonrisa, Dan decidió hablar con su hija.
-         ¿Samantha, podemos hablar?  --  preguntó asomando la cabeza a la habitación de ella
-         Claro papá, pasa.
-         Hija ya sé que lo que pasó fue terrible, pero ya es hora de que lo superes.
-         Tú no puedes entender cómo me siento papá.
-         Claro que puedo linda. Pero no puedes…
-         ¿De qué me sirven tantos poderes si no puedo evitar que la gente que amo, o que me ama, siga muriendo a mí alrededor?
-         Escúchame  --  dijo Dan tomándola por los hombros  -- Tú no eres responsable de las locuras que pueden llagar a cometer los hombres. Hija tienes que entender que no podrás salvarlos a todos. Es posible incluso que en algún momento tengas que decidir entre salvar a alguien y dejar  a otro. Debes estar preparada para eso.
Sam  abrazó a su padre como buscando protección, y él la dejó derramar las lágrimas de rabia, de miedo y de frustración que tenía acumuladas.
-         La carga que tienes sobre los hombros es muy pesada   --  le dijo  -- pero te puedo asegurar dos cosas. Primero, que no tengo dudas de que seas la más indicada para afrontarla, y segundo, que no estás sola.
Aún permaneció un rato más abrazando a su hija. Cuando la sintió más tranquila, se decidió a decirle otra cosa.
-         Ahora quizá me digas que esto no es de mi incumbencia, pero aún así me arriesgaré. Deberías ocuparte de Giulian
-         ¿Qué?  --  preguntó extrañada
-         El siente que lo has hecho a un lado, y  está pensando que ya no lo amas.
-         Pero eso es absurdo  --  dijo Sam, con los ojos muy abiertos.
-         Eso lo sé yo,  lo sabes tú y casi la humanidad entera, pero ya sabes lo cabeza dura que es tu marido, aparte de que los celos lo están matando.
-         ¿Celos? Papá, Casander está muerto, no…
-         No se trata de Casander, se trata de Kenny
-         ¡Oh por favor! No puedo creer que siga con eso. Kenny es como mi hermano, se lo he dicho ya.
-         Déjame ponerlo de esta manera, si yo fuera Giulian, ya  habría matado a Kenny.
-         ¡PAPA!
-         Samantha, no tengo idea de qué le pasa a ese muchacho, tiene una esposa bella, tres hermosos hijos y otro en camino, pero es muy notorio el interés que siente por ti, y no tiene nada que ver con el amor filial.
-         Aunque lo que dices fuera cierto  --  dijo con tono de duda  -- Yo amo a Giulian.
-         Hija, los celos y el amor vienen en el mismo empaque, y Giulian es en extremo celoso porque te ama en extremo. Así que antes de que cometa una locura, ¿querrías por favor prestarle más atención?
Sam recordó las palabras que utilizó Iván en una ocasión para describir a su marido “Giulian… es un hombre de sentimientos extremos”. Miró a su padre y le sonrió para tranquilizarlo, pero él aún quiso agregar algo más.
-         Samantha, conozco a Giulian desde que éramos niños, lo vi coleccionar mujeres como si fuesen trofeos. La relación con tu madrina fue turbulenta porque él seguía comportándose de la misma forma que lo había hecho siempre, y no creí que lo vería perder la cabeza por una mujer hasta que apareciste tú. Lo conozco como a mí mismo, y por eso sé que te ama con locura. Ese hombre se muere si te pierde hija.
-         No te preocupes papá, eso no sucederá, voy a resolver esto.
-         De acuerdo, ya me cansé de verlo deambular por la casa como un fantasma. Además quiero que regrese mi amigo, estoy aburrido de no tener con quien pelear  --  finalizó con una sonrisa

En la tarde Sam entró al cuarto de juego de los niños y Giulian estaba allí jugando con ellos. Recordó que tenía que hablar con él como se lo había prometido a su padre, pero en cuanto los niños la vieron corrieron hacia ella, de modo que pensó que eso tendría que esperar y además se preguntó: ¿Por qué él no podía confiar en su amor como ella confiaba en el suyo? Recordó lo mal que se había sentido cuando lo encontró con aquella mujer, pero ella lo había superado ¿no? Lo miró, le sonrió y él le devolvió la sonrisa pero triste.
-         Hola Vali  --  saludó Sam un momento después
Giulian miró a todos lados preguntándose si su esposa estaba bien, porque él no veía a nadie más allí.
-         Buenas tardes  -- contestó el elemental
-         ¿Sam?  --  dijo Giulian mirándola preocupado  --  ¿Amor, con quién hablas?
-         Con Vali ¿Has olvidado al guardián de los niños?
-         ¿Está aquí?
-         Sí, siempre está aunque tú no puedas verlo.
El volvió a mirar a todos lados como dudando del asunto, pero al final lo dejó como otro de los misterios que envolvían a su esposa. Les dio un beso a los niños y salió de la habitación.
-         Vali,  siento que estoy haciendo las cosas mal pero no sé cómo remediarlo. Pensé que sería capaz de controlar mis sentimientos, pero no pude. Les estoy fallando.
-         No, no es así. Estás viendo las cosas de modo equivocado, actuaste como tu consciencia te lo indicó, solo defendiste a todos de un mal mayor.
-         ¡Vali maté a una gran cantidad de personas!  --  dijo con desesperación  --  Y lo hice porque estaba furiosa. Soy la culpable de la muerte de Casander, casi matan a Kenny por mi culpa, y no pude salvar a todas las personas que murieron ese día  --  pero con  asombro vio que Vali sonreía.
-         ¿Sabes que es muy arrogante querer adjudicarse toda la responsabilidad por todo lo que sucede? Primero aclaremos algo  --  dijo  --  Tú no puedes ser culpable de la muerte de Casander porque él tomó esa decisión. Debes entender que todos tienen un propósito al ingresar a tu dimensión, él cumplió con el suyo, y lo mismo aplica al otro. Es cierto que muchas vidas se perdieron, pero si no hubieras actuado como lo hiciste muchas más se habrían perdido. Y estás equivocada cuando piensas que no pudiste dominarte porque sí lo hiciste. Te sobrepusiste al dolor y actuaste en consecuencia. Sentiste ira porque sigues siendo un ser humano, pero a pesar de que pudiste matarlos a todos, no lo hiciste.
-         Solo porque Mael y Armel me lo impidieron --  dijo con tristeza
-         No, ellos no habrían podido detenerte si en realidad hubieras querido hacerlo  --  le dijo con convicción  -- El camino es duro pero has avanzado mucho, serénate, busca el equilibrio en tu interior, aún  tienes algo que resolver para poder continuar.
-         Gracias Vali
-         Para servirte siempre.
Sam se entretuvo con los niños casi hasta la hora de la cena, y como siempre fue Elijah quien se lo hizo notar.
-         ¿Mami, comerás con nosotros?  --  le preguntó con delicadeza
-         Claro cielo, vamos
Bajó con los niños y aunque se sentó con ellos, apenas si tocó el plato y en esta ocasión fue Brendan el que se preocupó.
-         Mami, tu dices que si no comemos no creceremos y podemos enfermar ¿no?
-         Así es corazón  --  y vio que el niño arrugaba el ceño
-         Entonces tú te vas a enfermar mami
Sam vio su plato pero antes de que pudiese decir nada se topó con la mirada triste de Elijah, de modo que se esforzó por comer algo más.
Más tarde cuando pasó a darles las buenas noches a los niños, Derian ya casi estaba dormido, pero Darien como de costumbre no y estaba sentado en su cama, de modo que Sam fue y se sentó junto a él.
-         ¿Qué sucede amor?  --  pero en lugar de contestar, Darien se aferró al cuello de Sam
-         No quiero que te enfermes
-         No estoy enferma mi amor
-         Pero Brendan dijo que te enfermarías por no comer
-         Cielo eso no va a suceder ¿bueno?  --  el chico se separó y le sujetó el rostro
-         Promételo
-         Darien…
-         Promételo mami  --  insistió
-         De acuerdo amor, te lo prometo  --  y los ojitos de Darien se iluminaron y la sonrisa de su padre apareció en sus labios
-         Gracias mami, ahora estoy tranquilo porque tío Mael dice que no podemos incumplir una promesa. Tú sabes eso ¿no?
-         Sí cielo, lo sé
Después de eso el niño se acomodó en la cama para que Sam lo arropase, le dio un beso y se marchó. Cuando entró a la habitación de Brendan y Elijah, Mael estaba allí. Brendan ya estaba dormido y Elijah hablaba con su padre, de modo que Sam no se entretuvo mucho. Sin embargo, una vez que dejó la habitación y estaba por llegar a la suya, sintió la mano de Mael sujetando su brazo.
-         Elijah está preocupado por ti Nena
-         Trataré de hablar con él mañana y…
-         No servirá de nada, es posible que a los demás puedas convencerlos con palabras Nena, pero Elijah te siente
-         Igual que tú ¿no?
-         Sí, igual que yo  --  ella bajó la cabeza y él colocó un dedo bajo su rostro y lo elevó  --  Deja de atormentarte Nena, hay cosas que no podemos evitar y lo sucedido no es tu culpa 
Le dio un beso en la frente y un segundo después ya no estaba, de modo que Sam entró a su habitación y dispuso a esperar a Giulian, tenía una conversación pendiente con él. No obstante, no sabía cuanto tiempo después se había quedado dormida y cuando despertó  no vio a Giulian a su lado. Cerró los ojos y repasó la casa buscándolo hasta localizarlo en el estudio y estaba… estaba bebiendo. Frunció el ceño, se levantó y fue a buscarlo.
Cuando se apareció en el estudio notó que ya había amanecido, lo que significaba que él había pasado la noche allí. Willow también estaba ahí al parecer intentando que su amo se fuera a la cama.
-         El amo ya ha bebido mucho, la señorita se molestará con el amo y con Willow por no detenerlo.
-         ¡Vete al infierno, maldito nisser!  -- le gritó con voz pastosa  -- Ella ni siquiera nota que existo  --  agregó llevándose la botella a la boca.
-         ¡Basta Giulian!  -- dijo Sam avanzando hacia él – Deja esa botella y sube inmediatamente.
-         Señorita, Willow hizo todo…
-         ¡Cállate Willow!  -- le ordenó Giulian
-         Déjalo en paz Giulian Alexander, él solo trataba de ayudarte. Ahora compórtate como un adulto y sube a la habitación.
-         Déjame en paz – le dijo él de malos modos
Iván siempre madrugador, atraído por los gritos se había acercado y tropezó con Dan que ya se había levantado también, y entraron al estudio
-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Iván, aunque les bastó una mirada alrededor para imaginarlo
-         Nada, solo intento convencer a este tarado, de que deje la botella y suba a acostarse.
Dan miró a su hija con reproche, porque sabía el motivo por el que su amigo se encontraba en aquella situación. Sin embargo, se acercó a él en forma conciliadora.
-         Vamos hombre, ya has bebido suficiente.
-         Déjenme en paz. Lárguense todos. Tú debes estar disfrutando mucho esto ¿verdad Dan? Por fin alguien le dio su merecido a Giulian Cornwall
-         Deja de decir incoherencias y déjate ayudar  --  le dijo Dan
-         Y tú  -- dijo enfocando sus enrojecidos ojos en Sam  --  ¿cuánto vas a tardar en decirme que te vas con McKenzie?
Iván cerró los ojos con resignación esperando que Sam no reaccionase muy mal, aunque él personalmente quería sacudir al muy cretino. En otras circunstancias aquello le habría traído un muy serio problema a Giulian con su mujer, pero ella estaba muy consciente de su responsabilidad en el asunto, aparte de que era evidente que aquel hombre estaba hecho una pena. De modo que con un suspiro, se acercó a él.
-         Giulian  --  dijo con su voz más calmada  --  tenemos que…
-         No te me acerques  --  la cortó, y para sorpresa de todos la apuntó con su Athame  -- eres una maldición para mí.
En otro momento Giulian no habría ignorado el peligroso brillo que apareció en los ojos de Samantha, pero en las condiciones en las que estaba, ni siquiera era capaz de mantenerse en pie sin ayuda. Aún así, eso no le importó a Sam y dos segundos después de concluida la frase, su Athame salió despedido de su mano y él cayó de nuevo en el sillón.
-         Ya me cansé --  dijo Sam agarrándolo por un brazo y levantándolo  --  ahora subirás a tu habitación, quieras o no.
-         No puedes obligarme  --  trató de soltarse, pero solo se tambaleó aún más  --  Dan ayúdame
Pero su amigo, más prudentemente, se había alejado y le hizo un gesto de impotencia.
-         ¡Iván!
-         Yo no hermano  --  dijo el aludido
-         ¡Willow aleja a esta mujer de mí!  --  le ordenó al nisser, que miraba a uno y a otro sin saber qué hacer
-         No te muevas Willow, por favor  --  dijo ella  --  ¿Se te olvida que yo también soy una Cornwall?
-         ¡Willow!  --  le gritó de nuevo
-         La señorita  le ordenó a Willow que no se moviera señor
Sam le sonrió al nisser, aferró más fuerte el brazo de Giulian, y desaparecieron hacia su cuarto. Intentó meterlo en la cama pero le estaba costando.
-         Giulian no me obligues a hacerte daño, te comportas como un niño. Haz el favor de meterte en la cama.
Pero él solo la miraba embobado, ella olía a limpio, aquellos labios que lo reprendían lo tenían hipnotizado, y solo quería retenerla a su lado pero ella se empeñaba en empujarlo. Al final con un movimiento brusco,  cayó en la cama arrastrándola con él. Rodeó su cintura con un brazo, y con el otro atrajo su rostro hasta apretar con violencia sus labios. Ella se debatía en sus brazos, pero en realidad no quería hacerle daño, ya que sabía que él no era consciente de la excesiva fuerza que estaba empleando. Él por su parte no podía, no quería y no la iba a soltar. Lo único que su cerebro era capaz de procesar, era que la necesitaba. Si ella no hubiese dejado de forcejear abandonándose a los deseos de él, habría sido la primera vez en su vida que Giulian Cornwall habría tomado a una mujer por la fuerza.
Muchas horas después, la luz hirió sus ojos al abrirlos, tenía un fuerte dolor de cabeza y una desagradable sensación en el estómago. Intentó levantarse pero una mano suave lo retuvo, ladeó con cuidado la cabeza y la vio allí. A través de la bruma de su embotado cerebro, logró capturar algunas imágenes de lo sucedido y sintió una enorme vergüenza. Es verdad que había estado muy borracho, pero recordaba. Ella le acercó una taza a los labios.
-         Bébelo  te sentirás mejor  --  le dijo
Pero él lo dudaba mucho, no había brebaje o conjuro que lo hiciera sentir mejor. Había cruzado una línea, y estaba muy consciente de ello, era un bastardo desgraciado que casi había violado a su propia esposa.
-         ¿Mejor?  --  le preguntó Sam  -- Espero que sí, mamá puso mucho empeño en preparártelo.
¿Cómo es que estaba allí mirándolo sin sombra de reproche en sus ojos? Debería estar furiosa con él. En todo caso él lo estaba. El dolor estaba pasando y su cabeza se iba aclarando.
-         Sam no se…
-         No, escúchame porque necesito decirte algo  --  lo interrumpió  -- ¿Estas en condiciones de prestar atención?
-         Sí  --  contestó preparándose para escuchar lo que más había temido.
-         Primero quiero disculparme contigo, esta conversación debimos haberla tenido hace días, pero perdí mucho tiempo auto compadeciéndome y no tuve en cuenta cómo te estabas sintiendo. Y lo otro es que no te entiendo Giulian. Yo te amo, no he amado ni amaré a nadie más que no seas tú. ¿Por qué no puedes creerlo?
Giulian sintió que le quitaban un enorme peso de encima, y que el corazón había dejado de dolerle. Se incorporó en la cama ignorando el malestar que el brusco movimiento le produjo, y la atrajo hacia sí. Cuando la separó para mirarla, sintió una enorme furia consigo mismo. Unas lágrimas resbalaban por el rostro de ella y él pensó que se debían a su conducta de hacía unas horas.
-         Princesa sé que no lo merezco, pero perdóname. No quise hacerte daño.
-         Pero lo hiciste  -- le dijo ella sin darse cuenta que ambos estaban hablando de algo distinto  -- Cada vez que pones en duda mi amor por ti, me haces daño.
-         ¿Qué?  -- preguntó confundido
-         Ya una vez te dije que nunca te atrevieras a dudar de mí.
Giulian trató de ordenar sus pensamientos. Evidentemente ella hablaba de algo diferente a lo que él estaba pensando.
-         Mi amor yo te estoy pidiendo que me perdones por lo que te hice hace un rato. Me siento terrible por…  --  pero una sonrisa triste asomó a los labios de ella.
-         ¿Solo eso te preocupa? ¿No te importa cómo me hace sentir que no creas en mi amor?
-         Claro que me importa, y te juro que no volveré a dudar de él. No puedo prometerte que no querré matar a cualquiera que se atreva a mirarte siquiera, pero no volveré a dudar de ti.
Ahora su sonrisa fue más alegre y se acurrucó en sus brazos como a él tanto le gustaba.
-         Y en cuanto a lo otro…
-         Dicen  --  lo interrumpió ella  -- que el alcohol y los celos pueden volver a un hombre un imbécil.
-         Y seguramente los dos combinados, hacerlo enloquecer por completo. ¿Me perdonas?
-         Lo pensaré.
Y ambos rieron, al parecer habían logrado superar otro obstáculo. Se amaban y eso era lo único importante.

Los siguientes dos meses estuvieron salpicados de ataques en menor escala que el del hospital, y  de desapariciones sumamente extrañas. Gracias a toda la información que los Arzhaelíes consiguieron con su investigación, y que Giulian y Jonathan se habían encargado de hacer llegar a los Firbolgs, ellos lograron apresar a muchos de los lideres de aquel grupo de desquiciados. Sin embargo, también habían tenido noticias de ataques a Firbolgs que no obedecían a ningún patrón, parecían completamente aleatorios.
Una mañana estaban en plena práctica cada uno con diferentes grupos, cuando escucharon que se activaba la alarma. Todos suspendieron lo que estaban haciendo y cada grupo recibió el mensaje fuerte y claro de Iván, ordenándoles dirigirse al Instituto porque éste estaba siendo atacado. Giulian como siempre sintió aprensión porque conocía bien a su mujer y sabía que aparecería en medio del ataque, mientras que ellos tenían que hacerlo por el camino largo, ya que no podían materializarse directamente en un lugar protegido. Tal y como él había pensado Sam se había materializado directo en medio del conflicto, la medianamente buena noticia, fue que se comunicó con todos con los que podía hacerlo.
-         Materialícense en el patio central, todas las protecciones han sido rotas
Giulian, Mael, Gail, Armel, Garlan y Kenny fueron los primeros en llegar hasta donde ella se encontraba, y unos segundos después los demás Arzhaelíes comenzaron a materializarse a su alrededor. Despacharon rápidamente al primer grupo compacto de hombres que intentó impedirles el paso. Se comunicaron con Dan para saber su posición, y les indicó que se dirigían al patio principal.  Giulian le dijo que ya no era necesario, pero su mensaje se cruzó con el de Diandra avisando que en el primer piso estaban siendo atacados y los atacantes superaban en número a su grupo.  Unos minutos después y dejando unos cuantos cuerpos tirados a su paso, casi chocaron con Danny que derrapando por la esquina de un pasillo, venía todo correr seguido de cerca por Dan y más atrás venía Greg con su grupo.
Desde donde estaban escucharon los gritos de los aterrorizados estudiantes, de modo que se apresuraron tanto como pudieron solo para quedar momentáneamente paralizados. Un ser monstruoso con cara de hombre, cuerpo de león, alas de murciélago y cola de escorpión que debía medir unos 5 metros de largo y 3 de alto aproximadamente, amenazaba a un grupo grande de alumnos.
-         ¿Pero qué demonios…  -- comenzó Kenny
-         Es una Mantícora  --  dijo Sam  -- tengan precaución puede volar,  ataca con la cola y su veneno es mortal.
-         Me siento encantado  --  dijo Gail
-         Probemos que tan resistente es su piel con un Pereryv  --  dijo Dan
-         Y prepárense a desaparecer fuera de su alcance si no logramos hacerle daño  -- advirtió Sam  --  a la de tres. 1…2… ¡AHORA!
-         ¡OBSHIVYA PERERYV!  --  diez rayos dieron de lleno en el cuerpo de la criatura.
Vieron salir un líquido oscuro que supusieron sería sangre, pero el bicho seguía en pie aún y comenzó a atacar.
-         ¡PROHIBERE!  -- lanzó Alaric para protegerse y proteger al grupo tras él
-         ¡ZABRANIT!  --  Armel hizo lo mismo para proteger al grupo más cercano a él
Giulian notó que aquella cosa se movía torpemente, por lo que dedujo que los conjuros lo habían debilitado, y así se los hizo saber a todos. Por su parte Danny tuvo una de sus locas ideas, se desapareció y se materializó debajo del monstruo. Gail, Di, Mael, Kenny y Sam captaron la idea e hicieron lo mismo. Unos segundos después volvieron a lanzar el conjuro y se desaparecieron de allí justo a tiempo porque el cuerpo de la criatura se desplomó.
-         ¡Bien hecho!  --  exclamó Dan
-         ¿Has perdido el juicio?  --  le gritó Giulian a su mujer
-         ¡No es que alguna vez hayas tenido mucho, pero piensa un poco Niña!  --  le gritó a su vez Garlan
Pero ella los ignoró a ambos emprendiendo el camino para salir de allí, pero apenas habían dado unos pasos recibieron la llamada de auxilio de Amy y se materializaron en el comedor. Aquello era un desastre, las mesas y las sillas habían sido volcadas, los aterrorizados alumnos se pegaban a las paredes y las únicas que permanecían en el centro eran Amy, Elar y Waleska, y todos vieron con horror la razón. Mikael O’Neill había hecho su aparición y tenía a Aderyn.
Samantha sintió la primera punzada de terror como todos, pero se obligó a serenarse. Si Mikael estaba ahí, era porque ya había obtenido poder de WREEDHEID, de otro modo no se habría atrevido. Así que tenía que actuar con cautela.
-         ¡Vaya, vaya! --  dijo  -- Miren a quién tenemos aquí. Mi querida Samantha.
A Giulian se le heló la sangre al percibir el odio frío de aquel hombre por Sam. Pero todos recibieron la orden directa y tajante de ella, de no moverse. Iván y Mael recibieron la orden de sujetar a Gail si era preciso,  Alaric la de sujetar a Garlan que tenía la tendencia a contradecirla en todo, Will de sujetar a Dan y Armel a Giulian si no le hacían caso. Después de eso ella avanzó con decisión hacia el centro.
-         Madre,  retírate  --  dijo con calma  --  y ustedes también 
Todas comenzaron a moverse con cuidado hacia donde estaban los demás, pero Sam notó que Waleska estaba sangrando mucho y dio aviso a Daira que avanzó para ayudarla. Sam miraba a Mikael fijamente mientras pensaba que no podía atacarlo sin correr el riesgo de lastimar a su amiga. Primero se preocupó al verla desmadejada en los brazos de él, pero comprobó que solo la había dejado sin sentido.
-         Como verás, las cosas han cambiado mucho mi querida Samantha.
-         Yo no lo veo así, sigues siendo el mismo desgraciado que vi la última vez  -- dijo Sam y el rió
-         Te aseguro que tendrás ocasión de comprobarlo.
-         Evidentemente tu problema es conmigo. Déjala a ella.
Mikael volvió a reír de forma desagradable, y pasó su Athame por el rostro de Aderyn.
-         No, no, no querida, creí haberte dicho que verías morir a todos los que amas ¿recuerdas? ¿Qué se siente Samantha? Cuéntame ¿qué sentiste cuando viste morir a tu patético enamorado?
Sam sintió que la ira crecía en su interior al recordar los ojos sin vida de Casander, pero se obligó a mantener la calma.
-         No sé de qué hablas  --  dijo con  fingida indiferencia
Una sombra de duda oscureció la mirada de Mikael pero se rehízo. Ella estaba mintiendo.
-         Vamos Samantha, no me digas que no te dolió la muerte de Lèbedev
-         ¡Ah eso! Claro, como la muerte de cualquiera, pero en este negocio sabemos que eso es algo que puede suceder en cualquier momento.
-         Entonces no te importará tampoco lo que le pase a tu amiga. Me pregunto entonces… ¿por qué me pediste que la dejara ir?
-         Como ya dije, todos estamos preparados para estas situaciones. Lamentaré su muerte, pero así es esto.
Mientras Sam hablaba los demás buscaban con desesperación una salida, pero Mael e Iván que aparte de Gail eran los más rápidos, temían que aquel loco le rompiese el cuello a Aderyn si se movían, y Mikahel debió pensar poco más o menos lo mismo.
-         Dile al Licántropo y al vampiro que no se les ocurra  --  advirtió
-         Descuida nadie va a hacer nada, porque una vez que hagas lo que sabemos que vas a hacer, no podrás salir de aquí imbécil
-         ¡Zorra desgraciada!  --  escupió con odio manifiesto, y Armel tuvo que hacer un verdadero esfuerzo por retener a Giulian  --  ¿Crees que me harás creer que no les importa?
Aunque ella mantuvo su actitud impasible y de aparente indiferencia, estaba llegando al límite de lo que podía soportar, pero no podía darse el lujo de arriesgar a Aderyn, tenía que aguantar. No obstante, Mikael al parecer no estaba preparado para su indiferencia y se enfureció.  Y luego hizo algo realmente estúpido, puso a levitar a Aderyn.
Sam pasó un apresurado mensaje, Prepárense a sujetarla. Y a continuación desapareció para materializarse tras Mikael, y con una fuerte ráfaga de aire alejo a Aderyn de su alcance.
-         Aún no eres lo bastante listo, O’Neill  --  le susurró al oído
Todo sucedió muy rápido. Él le lanzó alguna clase de maldición, pero ella ya estaba preparada y protegida, pero él también fue más rápido esta vez en desmaterializarse y el conjuro de Sam dio contra una pared. Pensó que reaparecería pero no lo hizo, por lo que dedujo que aún no estaba listo. Quizá había adquirido algo más de destreza, pero aún no le habían dado ningún poder especial. Cuando se volvió hacia el grupo, ya Dan y Giulian corrían hacia ella.
-         ¿Estás bien?  --  le preguntó su padre mientras Giulian la abrazaba
-         Sí ¿y Aderyn?
-         Está bien no te preocupes, solo estaba desmayada.
Sam escuchó una voz y se volvió con violencia, pero la voz provenía del interior de su cabeza Has hecho lo que debías, y lo has hecho bien. Te dije que estabas lista, solo tienes que confiar en ti. Era Vali quien le hablaba.
-         ¿Sam?  --  la llamó Giulian  --  ¿Qué sucede?
-         Nada  --  dijo ella – solo creí escuchar algo
-         Estás cansada princesa, vamos a casa.

Pero Sam iba pensando. ¿A qué estaba jugando Mikael? ¿Por qué hacía todo aquello? No era por simple venganza, de eso estaba segura. Pero se obligó a serenarse nuevamente, cuando llegara el momento lo averiguaría. Por ahora solo quería llegar a casa, ver a sus hijos y refugiarse en los brazos de Giulian. Después de todo, seguía siendo solo un ser humano.

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