LMA 4

LMA 4
Una nueva batalla se acerca, el conocimiento de una antigua profecía que amenaza con acabar su mundo tal y como lo conocen, sumada a un antiguo legado de poder, son los protagonistas de esta nueva historia… acompáñenme a descubrir cómo harán frente nuestros valientes Arzhaelíes a esta nueva aventura con la ayuda de... Los Cinco Elementos

lunes, 22 de septiembre de 2014

Cap. 01 Fjörgyn…



La vida en Averdeen transcurría con la tranquilidad que podía esperarse en una casa donde habitaban nueve niños, y dos adultos que lo parecían, al menos la mayor parte del tiempo. Aunque los niños que formalmente vivían en la casa eran los de los Cornwall y los de los Natchzhrer, este número se veía aumentado a diario con la constante presencia de Dreo y Vladimir, y la no menos asidua de Lizzy McKenzie. Giulian se quejaba a voces, pero cuando no andaban por ahí causando estropicios, él mismo iba por ellos, de modo que Diandra lo hacía directamente responsable del comportamiento criminal de Dreo. 

Unos días después del cumpleaños de Brendan, Daira los había sorprendido a todos con la noticia de que estaba embarazada de nuevo, pero Jonathan no se enteró hasta casi un mes después, porque estaba en una misión. De modo que cuando regresó, fue recibido con la inesperada noticia y no podía estar más feliz.

En mayo, el día del cumpleaños de Anne, ésta estaba a punto de enloquecer, porque normalmente la concentración de ángeles se daba en Averdeeen, pero ese día los tenía a todos en su casa y ya habían roto la mitad de los adornos de la sala, Dreo y Vladimir habían destrozado la puerta de la Biblioteca, los gemelos Douglas quemaron accidentalmente el mantel y los gemelos Cornwall, para no ser menos, tapizaron las paredes del salón con una tupida enredadera, y cuando los adultos estaban ocupados deshaciéndose de ella, habían sujetado a la desventurada Aelig, y la hicieron salir volando por la ventana hacia el jardín. Vladimir, Dreo y Lizzy habían desaparecido misteriosamente, poco antes de la comida, y Mael los encontró mientras buscaba a Brendan y a Elijah, que también habían desaparecido, subidos a un árbol del jardín intentando alcanzar un nido. Después que los bajó, fue en busca de los otros dos, y los encontró en amena conversación con una Dríade, pero al menos ellos no estaban haciendo nada peligroso en ese momento al menos.

La comida se desarrolló en medio de un absoluto caos, Sam y Daira habían sugerido dar de comer a los niños antes para evitar desastres, pero Peter se opuso rotundamente, de modo que ahora estaban en el centro de una batalla campal para mantener algo de orden. Mael que tenía a un lado a Lizzy y al otro a Dreo, se las estaba viendo negras a pesar de su rapidez, pero o comía o vigilaba a aquellos dos.

-          Señorita Elizabeth, me encantaría poder comer  --  le dijo a Lizzy cuando intentaba que se sentara adecuadamente por enésima vez

-          Bueno come, yo no te digo que no lo hagas  --  dijo ella con el mayor descaro, y a continuación le estampó una rebanada de pan con mantequilla en la frente

Con resignación, Mael se limpió el rostro e intentó de nuevo que Lizzy se sentara y dejara de brincar en la silla, mientras Anne le pedía que se comportara y miró a Jonathan en forma amenazante.

-          Jonathan Xavier, te juro que si el próximo se parece solo un poco a Lizzy, tendrás que…

-          ¡Anne!  --  la interrumpió Peter apenado, mientras Jonathan y Daira reían

-          Tía  --  dijo Diandra  y ella giró la cabeza  --  como veo que te hace tan feliz tener tantos chicos en casa…

-          ¡Olvídalo!  --  la interrumpió ella  --  No me vas a dejar a Dreo ni a los gemelos aquí

-          ¡Anne!  --  exclamó Peter pensado que definitivamente su mujer se había vuelto loca, aunque a decir verdad y a pesar de que ella adoraba a sus nietos, razones le sobraban, ya que los chicos parecían decididos a hacerle la vida difícil cada vez que la tenían cerca

-          No, no se trata de eso, pero quería anunciar que estoy embarazada

Los adultos abrieron los ojos desmesuradamente, Danny incluido, porque aparte del número ya muy grande de chicos existente, Diandra había jurado que no tendría otro hijo bajo ningún concepto.

-          Eso debe ser una broma  -- dijo Giulian

-          Bueno, una broma de cuatro semanas  --  dijo ella con desparpajo

Anne parecía a punto de sufrir un paro cardíaco, Amy y Dan reían con alborozo, Aderyn y Sam felicitaban a Diandra, pero Gail y Mael miraban con conmiseración a Danny que se había puesto violentamente de pie y luego había caído de nuevo en su silla sujetándose la cabeza con ambas manos. Iván y Elar que eran los únicos que sabían del embarazo, sonreían ante el espectáculo y agradecían a los dioses que de sus hijos solo Gail era el desastroso y ya no estaba bajo su responsabilidad.

-          Vamos hermano  --  dijo Mael acercándose a Danny y palmeándole el hombro  --  quizá el que viene sea más tranquilo

-          Y espero que esta vez no le hayas atinado de nuevo a la diana, y sea solo UNO  --  dijo Gail mientras los demás reían, solo que Danny no le veía la gracia por ninguna parte

Una vez que pasó la conmoción, Peter decidió que tenían más motivo de celebración, aunque Anne no parecía muy de acuerdo con eso. Después de la usual mirada de advertencia de Sam hacia Giulian, al ver aparecer demasiadas botellas sobre la mesa, sonrió en forma maligna y Giulian sintió pánico.

-          ¿Qué dices amor?  --  preguntó ella  --  ¿Te animas a que tengamos otro bebé?

-          ¿Qué?  --  vociferó él sin saber si ahorcarla o besarla porque se veía preciosa mientras se burlaba de él

-          ¡Si vuelves a dejarla embarazada, te juro que te asesino!  --  exclamó Danny

-          Creo que no tienes moral para objetar nada  --  dijo Giulian

-          ¡Claro que la tengo infeliz! ¡Soy yo el que lo pasa mal a la hora del parto, cretino!

-          No te quejes tanto, tú lo pasas mal un día, en cambio yo siento que voy a morir todas y cada una de las mañanas antes de.

-          Lo cual es justo  --  dijo Dan  --  para que aprendas a no ir por ahí dejando embarazada a mi hija

La caótica cena, para los que pudieron comer que no era el caso del pobre Mael, finalizó entre risas y la algarabía que cabía esperar.


El año continuó su curso, los Arzhaelíes seguían trabajando en la desactivación de los grupos que amenazaban la estabilidad del mundo Firbolg, y compartían con sus familias en el tiempo libre. Pero Sam no estaba especialmente contenta con las muy seguidas ausencias de Giulian, y la repentina desaparición de Mael que llevaba ya varios meses fuera, tampoco contribuyó a su felicidad.

Los embarazos de Daira y Diandra marchaban muy bien, y el universo de niños ya existente, crecía sano y feliz. La única preocupación de todos era Gemdariel, pero aparte de su discapacidad, todo lo demás parecía marchar bien en la menor de las trillizas, y lucía como la más alegre de las niñas ya que siempre tenía una sonrisa en sus pequeños labios.

El día de Samhain, tuvieron una muy alegre velada en los jardines de Averdeen. Los chicos alborotaron tanto como les fue posible, pero ahora Brendan y Elijah se portaron mucho más juiciosos, y aunque no dejaron de jugar, casi todo el tiempo estaban alrededor de las trillizas que ya comenzaban a caminar. Esto no había sorprendido mucho a los Cornwall, ya que los gemelos caminaron a los nueve meses, lo que sí los sorprendió fue que la primera en hacerlo había sido Gemdariel, y aunque era la que parecía más estable sobre sus piernas, Elijah casi no se apartaba de su lado, y a pesar de que los gemelos Douglas eran una amenaza silenciosa como decían todos, parecían haber desarrollado un espíritu protector hacia la niña, así que se los veía revolteando a su alrededor con mucha frecuencia.

La celebración se había llevado a cabo sin mayores inconvenientes, de modo que terminó mejor que el último cumpleaños de los gemelos Cornwall, que había concluido con una Anastasia furiosa y jurando no volver a ninguno.

Después que todos se marcharon, Sam y Giulian pasaron por las habitaciones de los niños a verificar que estuviesen ya dormidos, y era así con la excepción de Elijah y Darien, que como de costumbre eran los últimos en dormirse. Luego de darles las buenas noches a los dos noctámbulos, se fueron a su habitación, muertos de cansancio.

Sam despertó en medio de la noche, no estaba asustada, simplemente había despertado sin motivo. Prestó atención, asegurándose que los niños estaban bien y todo parecía en orden, de modo que trató de dormirse nuevamente pero no pudo, y con cuidado salió de la cama. Giulian se movió, pero sin despertar. Abrió la puerta y salió al pasillo, todo estaba aparentemente tranquilo. Se sintió tonta y pensaba regresar a su cama, cuando vio que Liminiades se acercaba.

-         Sígueme, mi señora.

Sam no dijo ni preguntó nada, se limitó a seguirla. Comenzó a preocuparse cuando la condujo hacia el jardín. Ya estaban en otoño,  las noches empezaban a ser muy frías, y ella estaba inadecuadamente vestida para salir al exterior. Apresuradamente tomó una bufanda del perchero de la entrada y convocó unos guantes. Caminaron un buen trecho hasta llegar cerca del pequeño lago que había en la propiedad. Al acercarse allí, Sam se dio cuenta de que los demás elementales parecían esperarla, los saludó a todos y esperó.

-         Ha llegado el momento, mi señora  --  dijo Aine

-         ¿El momento de qué?  --  preguntó

-         De que comiences tu entrenamiento  --  dijo Sealkie

-         Aguarden, estamos a mitad de la noche. ¿Qué vamos a hacer a esta hora?

-         El tiempo es lo que menos debe preocuparte  --  dijo Liminiades  --  A partir de este momento, comenzarás tu entrenamiento.

Sam estaba algo confundida, si bien era cierto que ya le habían hablado de un entrenamiento, ella suponía que eso era algo que tomaría cierto tiempo y requeriría de condiciones especiales. Aunque no había pensado mucho en ello, no le parecía  que el jardín de su casa y en mitad de la noche, fueran el mejor lugar y momento para eso.

-         Estás pensando en términos de tu dimensión  --  dijo Aine

-         No entiendo  --  dijo Sam  --  ¿cuánto tiempo tomará esto?

-         Según la medida de tiempo de tu dimensión, podríamos decir que aproximadamente un mes  -- dijo Liminiades

-         ¿Un mes?  --  dijo alarmada  --  no puedo simplemente… desaparecer durante un mes, mi familia…

-         Ya te lo hemos dicho, eso en término de tu dimensión. Pero siendo que tienes el don de entrar a la nuestra, eso tiene sus ventajas. En nuestra dimensión la medida de tiempo es muy diferente  -- aclaró Aine

Sam estaba terriblemente confundida. ¿A qué se referían? ¿Manipularían el tiempo? ¿Cómo cubrirían un mes en una noche?  Las ideas más locas cruzaban por su mente.

-         Sosiega tu mente  -- volvió a hablar Aine  --  Todo lo que estás pensando, son trucos propios de tu dimensión. Primero debes saber que no cubriremos todo el entrenamiento de una vez. Esta  noche será algo aproximado a una semana y en las noches sucesivas el tiempo restante. El tiempo y el espacio en nuestra dimensión se perciben de distinta manera. Vibramos a una frecuencia mucho mayor, esa es una de las razones de que el ojo humano no pueda vernos.

-         Sígueme, mi señora  --  dijo Waldweibleim

Sam suspiró con resignación y lo siguió, pero se sorprendió mucho de que apenas había dado un par de pasos un gran arco apareció ante sus ojos. Valientemente lo cruzó y sus ojos fueron heridos por una luz brillante. Avanzó y comenzó a ver su entorno. Era un paisaje hermoso, flores de varios tamaños y colores se extendían por todo el lugar. Había pequeñas hadas revoloteando alrededor de las flores, se fijo que en unas había más que en otras y esto llamó su atención.

-         Son elfos  -- dijo Waldweibleim 

-         ¿Elfos?  --  se extrañó Sam, no se parecían en nada a los que ella conocía  -- pero no…

-         No, no se parecen a los que tú conoces, estos son elementales de aire, puedes identificarlos por su constante movimiento.

Sam siguió avanzando y vio gran cantidad de pequeños gnomos, hadas y duendes. Se escuchaba el rumor de agua corriendo, por lo que dedujo que cerca debía haber un arroyo.

Waldweibleim se detuvo y Sam hizo lo mismo. Él le hizo señas para que se sentara y así lo hizo, pero se sorprendió mucho al ver sus ropas. Ya no llevaba su bata de dormir sino una especie de casaca corta sobre una malla de un tejido muy fino. Notó que era muy parecida a la que llevaban los pequeños elfos de las flores.

-         Lo primero que debemos entrenar es tu mente para que aprendas a percibir tu entorno adecuadamente  --  dijo Aine  -- De la primera dualidad Teos y Caos nació el cosmos, aquello que tenemos la posibilidad de entender, que es dinámico, que marcha y se transforma. El ser humano está tan unido a su entorno material que le es imposible percibir cualquier forma de vida que se mueva en otra frecuencia o dimensión.

-         Los elementales de la tierra  -- dijo Waldweibleim  -- estamos regidos por la luna y conocemos las propiedades de las plantas y sus usos. Preferimos la noche a la luz del día y puedes encontrarnos en los bosques. Preferimos la compañía de los niños a quienes nos gusta ayudar y sugerirles juegos. Ahora relaja tu mente, concéntrate en tu respiración.

Sam hizo lo que le indicaba Waldweibleim, de pronto comenzaron a aparecer imágenes que en un principio no podía identificar porque le parecía que se movían a velocidades endemoniadas.

-         Relaja tu mente  -- repitió el duende.

Trató de ignorar las imágenes que estaba viendo, acompasó su respiración y de pronto las cosas comenzaron a cambiar. Veía las flores creciendo desde una semilla hasta la apertura de sus pétalos, del mismo modo vio la formación de un árbol desde la semilla hasta que se agitaban las hojas en sus ramas. Vio la concepción de un ser humano desde la célula embrionaria pasando por el período de gestación, su nacimiento, crecimiento y  muerte.  Vio la formación de galaxias y su destrucción. Vio arder una estrella hasta que su llama se extinguió y entonces comprendió. Estaba viendo la energía que componía el mundo en movimiento.

-         Mi señora  --  dijo Waldweibleim  --  es hora de pasar a otra cosa.

Pero Sam quería seguir mirando, quería saber muchas cosas y le parecía que apenas le habían dado tiempo de atisbar la inmensidad del universo, pero ante la insistencia del duende abrió los ojos.

-         ¿No podrías dejarme unos minutos más?  --  le preguntó

-         Según la medida de tiempo de tu dimensión, llevas dos días aquí --  le dijo Waldweibleim

Sam se sorprendió mucho ¿dos días? Le parecía que solo habían sido unos pocos minutos.

-         Has percibido la formación de todo lo que tiene vida en el universo. Ahora vamos a instruirte en el manejo de la materia.

Sam caminó al lado de Waldweibleim lo que le pareció un largo trecho. Estaba cansada,  pero cuando el duende se detuvo y miró a su alrededor, no se había movido del mismo lugar.

-         El esfuerzo que le exiges a tu cuerpo físico es innecesario. Aprende a moverte a través de la energía. Ponla en sintonía con la vibración de esta dimensión.

-         Pero ¿cómo hago eso?

-         Relaja tu mente. Solo deja que esta sea la que mueva tu materia. Siente que te desplazas y lo harás.

Sam hizo de nuevo lo que le decía el pequeño Waldweibleim. Relajó su mente, acompasó su respiración y se ordenó moverse, pero cuando abrió los ojos permanecía en el mismo sitio y se sintió frustrada.

-         Te dije que “sintieras” que te movías, no que le ordenaras a tu cuerpo  moverse.

Sam lo intentó de nuevo, esta vez se relajó abrió los ojos y “sintió” como se desplazaba a una velocidad increíble. Fue tanta la sorpresa que sintió que perdía el equilibrio y caía aparatosamente al piso. El duende emitió su familiar risita burlona y Sam lo miró mal.

-         ¿Por qué la sorpresa? Lo estabas haciendo bien.

Sam se levantó, lo intentó nuevamente y esta vez no se impresionó. Pasó a toda velocidad por prados, montañas, ríos y dunas. Podía percibir los cambios del día y de la noche, las estaciones y los diferentes relieves.

-         Puedes descansar  --  escuchó que le decía Waldweibleim

-         Pero no estoy cansada  --  le dijo

-         Es bueno que no lo estés, pero debemos continuar. Este es el plano más difícil, porque la materia es lo más denso y  nos queda solo un día para terminar.

-         ¿Un día? 

Estaba asombrada pero comenzaba a entender lo que le habían dicho del tiempo y el espacio en esa dimensión.

-         Ahora debemos probar tu habilidad para crear materia, hacerla crecer o desaparecer.

A Sam le sonó complicado, pero prestó atención.

-         Recuerda la evolución del universo, todo nace, crece, se reproduce y muere. Inténtalo.

Sam se sintió consternada ¿Intentarlo? ¿Qué se suponía que debía intentar? Recordó lo que le acababa de decir. Crear materia. Muy bien, se dijo. Extendió la mano y las plantas a su alrededor comenzaron a crecer.

-         Eso está bien, pero ya eso estaba creado. Crea tu propia materia.

Maldición pensó Sam. ¿Y ahora qué? Comenzó por relajar la mente y recordó lo que había visto. Entonces extendió la palma de su mano y aparecieron unas semillas, las dejó caer en la tierra e hizo crecer una planta.

-         Muy bien  --  dijo Waldweibleim  --  sencillo, pero bien en lo básico

¿Sencillo? Sam sintió deseos de golpearlo y al segundo siguiente el duende estaba en el suelo. Sam se sintió horrorizada. Se acercó a Waldweibleim murmurando excusas, pero para su sorpresa el duende le sonreía.

-         Eso está mejor

-         ¿Mejor?  --  estaba realmente confundida  --  no fue eso lo que me pediste.

-         Transformaste tu energía en una acción concreta, debo admitir que me sorprendiste, no esperaba que alcanzaras una vibración tan alta como para alcanzarme.

Sam no sabía si sentirse bien o no, de modo que esperó a que el duende siguiera hablando.

-         Ya sabes entonces que puedes crear cualquier cosa que desees, es solo cuestión de reunir la energía, ralentizarla y de esa manera obtendrás un cuerpo físico. Ahora probemos con algo de mayor densidad. ¿Ves esa explanada?

-         Sí  -- dijo Sam

-         Crea una montaña y luego desaparécela.

Sam se concentró y vio la montaña, miró al duende y esté le hizo una seña afirmativa, volvió la vista a dónde estaba la montaña y dejó de verla.

-         Muy bien, pero hay algo que debes saber. Lo que has hecho aquí, en tu dimensión será un poco más complicado, porque allí la materia es más densa, ya que la vibración energética es menor. Si te concentras apropiadamente puedes trasladarte, transformarte y trasladar y transformar otras cosas. Pero cuando se trata de cuerpos físicos de tanta densidad como grandes montañas o construcciones sólidas, deberás ayudarte con lo que en tu dimensión se conoce como conjuro o hechizo. El de la tierra es: TERENURI JORN

Sam memorizó el hechizo y esperó las instrucciones del duende.

-         Vamos a cambiar de estado vibratorio para que puedas practicarlo.

Dicho esto, Sam vio aparecer el mismo arco por el que había cruzado anteriormente, de modo que lo cruzó de vuelta pero no se encontraba en el jardín de su casa sino en una zona montañosa.

-         Muy bien, escoge la que quieras desaparecer y recuerda, concentra tu energía en el punto que quieres afectar.

-         ¿No es necesario utilizar una Gwialen o un Athame?

-         Para ti no.

Sam miró hacia una de las montañas y concentró toda su energía en ella. Extendió las manos y pronunció el conjuro.

-         TERENURI JORN

Sintió un fuerte movimiento de tierra, pero la montaña seguía allí y miró con frustración al duende.

-         Estás olvidando algo importante. Tienes que ver que no está allí y sentir la energía salir de tu cuerpo.

Sam lo volvió a intentar, pero esta vez no solo concentró su energía sino que vio el lugar vacío

-         TERENURI JORN  --   sintió la energía recorriendo su cuerpo y expulsarla

Sam sonrió, la montaña había desparecido.

-         Bien, el mismo principio para hacerle reaparecer.

-         TERENURI JORN

Y la montaña estaba de vuelta. El duende se mostró muy contento y satisfecho y volvieron a atravesar el arco.

-         Estas lista para ser recibida por la señora de la Tierra

Sam se sorprendió, nadie le había hablado de una señora de la Tierra. El duende le dijo que lo siguiera y así lo hizo. Un minuto después estaban ante una especie de trono de piedra con inscripciones en lo que Sam supuso Runas Antiguas. Había allí una figura un tanto extraña, que era sin duda la representación del cuerpo humano. Estaba constituido por lo que a Sam se le ocurrió que si debía llamarlo de algún modo, sería lodo seco. Pero tenía la seguridad de que si lo tocaba sería tan terso como la piel de un ser humano. Los ojos eran unas rocas áureas que brillaban mucho, tenía por cabello algo que parecía césped muy largo. De pronto abrió la boca y Sam se sorprendió del sonido de su voz. Era una voz gruesa, pero sin lugar a dudas la voz de una mujer.

-         Bienvenida Heredera de Myrddhin. ¿Sabes quién soy?

-          Sí  --  dijo  -- eres la señora de la Tierra.

-         Así es. Pero mi nombre es Fjörgyn. Veo que has completado esta parte de tu entrenamiento. Solo quiero agregar una cosa más.

-         Sí señora  --  dijo Sam

-         El elemento Tierra está conectado con lo físico, es decir, con la materia. En tu dimensión esto no es más que la sombra de la energía. La energía desacelerada se convierte en materia visible a los ojos físicos, en el plano  donde tienen su cuerpo los humanos, y ya que las cosas tienen el valor que le otorgamos, para ellos es valiosísimo su cuerpo visible, y el cuerpo energético simplemente no existe. Espero que ahora que sabes todo esto y que puedes manejar la aceleración y desaceleración de la energía, puedas utilizarlo en beneficio de tu mundo como se espera de ti.

-         Sí señora  --  dijo la chica  --  ¿puedo preguntarte algo?

-         Puedes.

-         ¿Qué es lo que esperan que haga? Es decir, estoy muy agradecida por lo que me han enseñado estos días, ¿pero servirá esto para lo que ya me han anunciado?

-         Esas preguntas serán respondidas a su tiempo. Es hora de que regreses a tu dimensión. Volveremos a vernos una vez que completes el entrenamiento. Hasta la próxima oportunidad Heredera de Myrddhin.

Sam supo que no le dirían nada más y que no valía la pena insistir, ya la habían despedido muy cortésmente. De modo que hizo una reverencia a la señora de la Tierra y se volvió para seguir a Waldweibleim, pero apenas habían dado dos pasos apareció el arco. Se despidió del duende dándole las gracias y traspasó el arco. Apenas lo hizo sintió que el frío la golpeaba, experimentó cansancio  y deseó estar en su cama, al lado de Giulian, y para su sorpresa, se encontró exactamente en el sitio donde quería estar como si no se hubiera  movido de allí. Sonrió, abrazó a su esposo y se quedó profundamente dormida.