La vida en Averdeen
transcurría con la tranquilidad que podía esperarse en una casa donde
habitaban nueve niños, y dos adultos que lo parecían, al menos la mayor parte
del tiempo. Aunque los niños que formalmente vivían en la casa eran los de los
Cornwall y los de los Natchzhrer, este número se veía aumentado a diario con la
constante presencia de Dreo y Vladimir, y la no menos asidua de Lizzy McKenzie.
Giulian se quejaba a voces, pero cuando no andaban por ahí causando
estropicios, él mismo iba por ellos, de modo que Diandra lo hacía directamente
responsable del comportamiento criminal
de Dreo.
Unos días después del cumpleaños de Brendan, Daira los
había sorprendido a todos con la noticia de que estaba embarazada de nuevo,
pero Jonathan no se enteró hasta casi un mes después, porque estaba en una
misión. De modo que cuando regresó, fue recibido con la inesperada noticia y no
podía estar más feliz.
En mayo, el día del cumpleaños de Anne, ésta estaba a
punto de enloquecer, porque normalmente la concentración
de ángeles se daba en Averdeeen,
pero ese día los tenía a todos en su casa y ya habían roto la mitad de los
adornos de la sala, Dreo y Vladimir habían destrozado la puerta de la
Biblioteca, los gemelos Douglas quemaron accidentalmente
el mantel y los gemelos Cornwall, para no ser menos, tapizaron las paredes del
salón con una tupida enredadera, y cuando los adultos estaban ocupados
deshaciéndose de ella, habían sujetado a la desventurada Aelig, y la hicieron salir volando por la ventana hacia el
jardín. Vladimir, Dreo y Lizzy habían desaparecido misteriosamente, poco antes
de la comida, y Mael los encontró mientras buscaba a Brendan y a Elijah, que
también habían desaparecido, subidos a un árbol del jardín intentando alcanzar
un nido. Después que los bajó, fue en busca de los otros dos, y los encontró en
amena conversación con una Dríade, pero al menos ellos no estaban haciendo nada
peligroso en ese momento al menos.
La comida se desarrolló en medio de un absoluto caos,
Sam y Daira habían sugerido dar de comer a los niños antes para evitar
desastres, pero Peter se opuso rotundamente, de modo que ahora estaban en el
centro de una batalla campal para mantener algo de orden. Mael que tenía a un
lado a Lizzy y al otro a Dreo, se las estaba viendo negras a pesar de su
rapidez, pero o comía o vigilaba a aquellos dos.
-
Señorita
Elizabeth, me encantaría poder comer
-- le dijo a Lizzy cuando
intentaba que se sentara adecuadamente por enésima vez
-
Bueno come, yo no
te digo que no lo hagas -- dijo ella con el mayor descaro, y a
continuación le estampó una rebanada de pan con mantequilla en la frente
Con resignación, Mael se limpió el rostro e intentó de
nuevo que Lizzy se sentara y dejara de brincar en la silla, mientras Anne le
pedía que se comportara y miró a Jonathan en forma amenazante.
-
Jonathan Xavier,
te juro que si el próximo se parece solo un poco a Lizzy, tendrás que…
-
¡Anne! -- la
interrumpió Peter apenado, mientras Jonathan y Daira reían
-
Tía --
dijo Diandra y ella giró la
cabeza -- como veo que te hace tan feliz tener tantos chicos en casa…
-
¡Olvídalo! -- la
interrumpió ella -- No me vas a dejar a Dreo ni a los gemelos
aquí
-
¡Anne! --
exclamó Peter pensado que definitivamente su mujer se había vuelto loca,
aunque a decir verdad y a pesar de que ella adoraba a sus nietos, razones le
sobraban, ya que los chicos parecían decididos a hacerle la vida difícil cada
vez que la tenían cerca
-
No, no se trata
de eso, pero quería anunciar que estoy embarazada
Los adultos abrieron los ojos desmesuradamente, Danny
incluido, porque aparte del número ya muy grande de chicos existente, Diandra
había jurado que no tendría otro hijo bajo ningún concepto.
-
Eso debe ser una
broma -- dijo Giulian
-
Bueno, una broma
de cuatro semanas -- dijo ella con desparpajo
Anne parecía a punto de sufrir un paro cardíaco, Amy y
Dan reían con alborozo, Aderyn y Sam felicitaban a Diandra, pero Gail y Mael
miraban con conmiseración a Danny que se había puesto violentamente de pie y
luego había caído de nuevo en su silla sujetándose la cabeza con ambas manos.
Iván y Elar que eran los únicos que sabían del embarazo, sonreían ante el
espectáculo y agradecían a los dioses que de sus hijos solo Gail era el
desastroso y ya no estaba bajo su responsabilidad.
-
Vamos
hermano -- dijo Mael acercándose a Danny y palmeándole
el hombro -- quizá el que viene sea más tranquilo
-
Y espero que esta
vez no le hayas atinado de nuevo a la diana, y sea solo UNO -- dijo Gail mientras los demás reían, solo que
Danny no le veía la gracia por ninguna parte
Una vez que pasó la conmoción, Peter decidió que
tenían más motivo de celebración, aunque Anne no parecía muy de acuerdo con
eso. Después de la usual mirada de advertencia de Sam hacia Giulian, al ver
aparecer demasiadas botellas sobre la mesa, sonrió en forma maligna y Giulian
sintió pánico.
-
¿Qué dices
amor? --
preguntó ella -- ¿Te animas a que tengamos otro bebé?
-
¿Qué? --
vociferó él sin saber si ahorcarla o besarla porque se veía preciosa
mientras se burlaba de él
-
¡Si vuelves a
dejarla embarazada, te juro que te asesino!
-- exclamó Danny
-
Creo que no
tienes moral para objetar nada -- dijo Giulian
-
¡Claro que la
tengo infeliz! ¡Soy yo el que lo pasa mal a la hora del parto, cretino!
-
No te quejes
tanto, tú lo pasas mal un día, en cambio yo siento que voy a morir todas y cada
una de las mañanas antes de.
-
Lo cual es
justo --
dijo Dan -- para que aprendas a no ir por ahí dejando
embarazada a mi hija
La caótica cena, para los que pudieron comer que no
era el caso del pobre Mael, finalizó entre risas y la algarabía que cabía
esperar.
El año continuó su curso, los Arzhaelíes seguían
trabajando en la desactivación de los grupos que amenazaban la estabilidad del
mundo Firbolg, y compartían con sus familias en el tiempo libre. Pero Sam no
estaba especialmente contenta con las muy seguidas ausencias de Giulian, y la
repentina desaparición de Mael que llevaba ya varios meses fuera, tampoco
contribuyó a su felicidad.
Los embarazos de Daira y Diandra marchaban muy bien, y
el universo de niños ya existente, crecía sano y feliz. La única preocupación
de todos era Gemdariel, pero aparte de su discapacidad, todo lo demás parecía
marchar bien en la menor de las trillizas, y lucía como la más alegre de las
niñas ya que siempre tenía una sonrisa en sus pequeños labios.
El día de Samhain, tuvieron una muy alegre velada en
los jardines de Averdeen. Los chicos
alborotaron tanto como les fue posible, pero ahora Brendan y Elijah se portaron
mucho más juiciosos, y aunque no dejaron de jugar, casi todo el tiempo estaban
alrededor de las trillizas que ya comenzaban a caminar. Esto no había
sorprendido mucho a los Cornwall, ya que los gemelos caminaron a los nueve
meses, lo que sí los sorprendió fue que la primera en hacerlo había sido
Gemdariel, y aunque era la que parecía más estable sobre sus piernas, Elijah
casi no se apartaba de su lado, y a pesar de que los gemelos Douglas eran una
amenaza silenciosa como decían todos, parecían haber desarrollado un espíritu
protector hacia la niña, así que se los veía revolteando a su alrededor con
mucha frecuencia.
La celebración se había llevado a cabo sin mayores
inconvenientes, de modo que terminó mejor que el último cumpleaños de los
gemelos Cornwall, que había concluido con una Anastasia furiosa y jurando no
volver a ninguno.
Después que todos se marcharon, Sam y Giulian pasaron
por las habitaciones de los niños a verificar que estuviesen ya dormidos, y era
así con la excepción de Elijah y Darien, que como de costumbre eran los últimos
en dormirse. Luego de darles las buenas noches a los dos noctámbulos, se fueron
a su habitación, muertos de cansancio.
Sam despertó en medio de la noche, no estaba asustada,
simplemente había despertado sin motivo. Prestó atención, asegurándose que los
niños estaban bien y todo parecía en orden, de modo que trató de dormirse
nuevamente pero no pudo, y con cuidado salió de la cama. Giulian se movió, pero
sin despertar. Abrió la puerta y salió al pasillo, todo estaba aparentemente
tranquilo. Se sintió tonta y pensaba regresar a su cama, cuando vio que Liminiades se acercaba.
-
Sígueme, mi señora.
Sam no dijo ni preguntó nada, se limitó a seguirla.
Comenzó a preocuparse cuando la condujo hacia el jardín. Ya estaban en
otoño, las noches empezaban a ser muy
frías, y ella estaba inadecuadamente vestida para salir al exterior.
Apresuradamente tomó una bufanda del perchero de la entrada y convocó unos guantes.
Caminaron un buen trecho hasta llegar cerca del pequeño lago que había en la
propiedad. Al acercarse allí, Sam se dio cuenta de que los demás elementales
parecían esperarla, los saludó a todos y esperó.
-
Ha llegado el momento, mi señora -- dijo Aine
-
¿El momento de
qué? --
preguntó
-
De que comiences tu entrenamiento -- dijo Sealkie
-
Aguarden, estamos
a mitad de la noche. ¿Qué vamos a hacer a esta hora?
-
El tiempo es lo que menos debe preocuparte -- dijo Liminiades -- A partir de este momento, comenzarás tu
entrenamiento.
Sam estaba algo confundida, si bien era cierto que ya
le habían hablado de un entrenamiento, ella suponía que eso era algo que
tomaría cierto tiempo y requeriría de condiciones especiales. Aunque no había
pensado mucho en ello, no le parecía que
el jardín de su casa y en mitad de la noche, fueran el mejor lugar y momento
para eso.
-
Estás pensando en términos de tu dimensión -- dijo Aine
-
No entiendo --
dijo Sam -- ¿cuánto tiempo tomará esto?
-
Según la medida de tiempo de tu dimensión, podríamos
decir que aproximadamente un mes -- dijo Liminiades
-
¿Un mes? --
dijo alarmada -- no puedo simplemente… desaparecer durante un
mes, mi familia…
-
Ya te lo hemos dicho, eso en término de tu dimensión.
Pero siendo que tienes el don de entrar a la nuestra, eso tiene sus ventajas. En
nuestra dimensión la medida de tiempo es muy diferente -- aclaró Aine
Sam estaba terriblemente confundida. ¿A qué se
referían? ¿Manipularían el tiempo? ¿Cómo cubrirían un mes en una noche? Las ideas más locas cruzaban por su mente.
-
Sosiega tu mente
-- volvió a hablar Aine
-- Todo lo que estás pensando,
son trucos propios de tu dimensión. Primero debes saber que no cubriremos todo
el entrenamiento de una vez. Esta noche
será algo aproximado a una semana y en las noches sucesivas el tiempo restante.
El tiempo y el espacio en nuestra dimensión se perciben de distinta manera.
Vibramos a una frecuencia mucho mayor, esa es una de las razones de que el ojo
humano no pueda vernos.
-
Sígueme, mi señora
-- dijo Waldweibleim
Sam suspiró con resignación y lo siguió, pero se
sorprendió mucho de que apenas había dado un par de pasos un gran arco apareció
ante sus ojos. Valientemente lo cruzó y sus ojos fueron heridos por una luz
brillante. Avanzó y comenzó a ver su entorno. Era un paisaje hermoso, flores de
varios tamaños y colores se extendían por todo el lugar. Había pequeñas hadas
revoloteando alrededor de las flores, se fijo que en unas había más que en
otras y esto llamó su atención.
-
Son elfos -- dijo Waldweibleim
-
¿Elfos? -- se
extrañó Sam, no se parecían en nada a los que ella conocía -- pero no…
-
No, no se parecen a los que tú conoces, estos son
elementales de aire, puedes identificarlos por su constante movimiento.
Sam siguió avanzando y vio gran cantidad de pequeños
gnomos, hadas y duendes. Se escuchaba el rumor de agua corriendo, por lo que
dedujo que cerca debía haber un arroyo.
Waldweibleim se detuvo y Sam hizo lo mismo. Él le hizo señas para
que se sentara y así lo hizo, pero se sorprendió mucho al ver sus ropas. Ya no
llevaba su bata de dormir sino una especie de casaca corta sobre una malla de
un tejido muy fino. Notó que era muy parecida a la que llevaban los pequeños elfos de las flores.
-
Lo primero que debemos entrenar es tu mente para que
aprendas a percibir tu entorno adecuadamente
-- dijo Aine -- De la primera
dualidad Teos y Caos nació el cosmos, aquello que tenemos la posibilidad de
entender, que es dinámico, que marcha y se transforma. El ser humano está tan
unido a su entorno material que le es imposible percibir cualquier forma de
vida que se mueva en otra frecuencia o dimensión.
-
Los elementales de la tierra -- dijo Waldweibleim -- estamos regidos por la luna y conocemos las
propiedades de las plantas y sus usos. Preferimos la noche a la luz del día y puedes
encontrarnos en los bosques. Preferimos la compañía de los niños a quienes nos
gusta ayudar y sugerirles juegos. Ahora relaja tu mente, concéntrate en tu
respiración.
Sam hizo lo que le indicaba Waldweibleim, de pronto comenzaron a aparecer imágenes que en un
principio no podía identificar porque le parecía que se movían a velocidades
endemoniadas.
-
Relaja tu mente
-- repitió el duende.
Trató de ignorar las imágenes que estaba viendo,
acompasó su respiración y de pronto las cosas comenzaron a cambiar. Veía las
flores creciendo desde una semilla hasta la apertura de sus pétalos, del mismo
modo vio la formación de un árbol desde la semilla hasta que se agitaban las
hojas en sus ramas. Vio la concepción de un ser humano desde la célula embrionaria
pasando por el período de gestación, su nacimiento, crecimiento y muerte.
Vio la formación de galaxias y su destrucción. Vio arder una estrella
hasta que su llama se extinguió y entonces comprendió. Estaba viendo la energía
que componía el mundo en movimiento.
-
Mi señora
-- dijo Waldweibleim -- es
hora de pasar a otra cosa.
Pero Sam quería seguir mirando, quería saber muchas
cosas y le parecía que apenas le habían dado tiempo de atisbar la inmensidad
del universo, pero ante la insistencia del duende abrió los ojos.
-
¿No podrías
dejarme unos minutos más? -- le preguntó
-
Según la medida de tiempo de tu dimensión, llevas dos
días aquí -- le dijo
Waldweibleim
Sam se sorprendió mucho ¿dos días? Le parecía que solo
habían sido unos pocos minutos.
-
Has percibido la formación de todo lo que tiene vida
en el universo. Ahora vamos a instruirte en el manejo de la materia.
Sam caminó al lado de Waldweibleim lo que le pareció un largo trecho. Estaba
cansada, pero cuando el duende se detuvo
y miró a su alrededor, no se había movido del mismo lugar.
-
El esfuerzo que le exiges a tu cuerpo físico es
innecesario. Aprende a moverte a través de la energía. Ponla en sintonía con la
vibración de esta dimensión.
-
Pero ¿cómo hago
eso?
-
Relaja tu mente. Solo deja que esta sea la que mueva
tu materia. Siente que te desplazas y lo harás.
Sam hizo de nuevo lo que le decía el pequeño Waldweibleim. Relajó su mente, acompasó
su respiración y se ordenó moverse, pero cuando abrió los ojos permanecía en el
mismo sitio y se sintió frustrada.
-
Te dije que “sintieras” que te movías, no que le
ordenaras a tu cuerpo moverse.
Sam lo intentó de nuevo, esta vez se relajó abrió los
ojos y “sintió” como se desplazaba a una velocidad increíble. Fue tanta la
sorpresa que sintió que perdía el equilibrio y caía aparatosamente al piso. El
duende emitió su familiar risita burlona y Sam lo miró mal.
-
¿Por qué la sorpresa? Lo estabas haciendo bien.
Sam se levantó, lo intentó nuevamente y esta vez no se
impresionó. Pasó a toda velocidad por prados, montañas, ríos y dunas. Podía
percibir los cambios del día y de la noche, las estaciones y los diferentes
relieves.
-
Puedes descansar
-- escuchó que le decía Waldweibleim
-
Pero no estoy
cansada -- le dijo
-
Es bueno que no lo estés, pero debemos continuar. Este
es el plano más difícil, porque la materia es lo más denso y nos queda solo un día para terminar.
-
¿Un día?
Estaba asombrada pero comenzaba a entender lo que le
habían dicho del tiempo y el espacio en esa dimensión.
-
Ahora debemos probar tu habilidad para crear materia,
hacerla crecer o desaparecer.
A Sam le sonó complicado, pero prestó atención.
-
Recuerda la evolución del universo, todo nace, crece,
se reproduce y muere. Inténtalo.
Sam se sintió consternada ¿Intentarlo? ¿Qué se suponía
que debía intentar? Recordó lo que le acababa de decir. Crear materia. Muy
bien, se dijo. Extendió la mano y las plantas a su alrededor comenzaron a
crecer.
-
Eso está bien, pero ya eso estaba creado. Crea tu
propia materia.
Maldición pensó Sam. ¿Y ahora qué? Comenzó por relajar
la mente y recordó lo que había visto. Entonces extendió la palma de su mano y
aparecieron unas semillas, las dejó caer en la tierra e hizo crecer una planta.
-
Muy bien -- dijo Waldweibleim
-- sencillo, pero bien en lo básico
¿Sencillo? Sam sintió deseos de golpearlo y al segundo
siguiente el duende estaba en el suelo. Sam se sintió horrorizada. Se acercó a Waldweibleim murmurando excusas, pero
para su sorpresa el duende le sonreía.
-
Eso está mejor
-
¿Mejor? --
estaba realmente confundida
-- no fue eso lo que me pediste.
-
Transformaste tu energía en una acción concreta, debo
admitir que me sorprendiste, no esperaba que alcanzaras una vibración tan alta
como para alcanzarme.
Sam no sabía si sentirse bien o no, de modo que esperó
a que el duende siguiera hablando.
-
Ya sabes entonces que puedes crear cualquier cosa que
desees, es solo cuestión de reunir la energía, ralentizarla y de esa manera
obtendrás un cuerpo físico. Ahora probemos con algo de mayor densidad. ¿Ves esa
explanada?
-
Sí -- dijo Sam
-
Crea una montaña y luego desaparécela.
Sam se concentró y vio la montaña, miró al duende y
esté le hizo una seña afirmativa, volvió la vista a dónde estaba la montaña y
dejó de verla.
-
Muy bien, pero hay algo que debes saber. Lo que has
hecho aquí, en tu dimensión será un poco más complicado, porque allí la materia
es más densa, ya que la vibración energética es menor. Si te concentras
apropiadamente puedes trasladarte, transformarte y trasladar y transformar
otras cosas. Pero cuando se trata de cuerpos físicos de tanta densidad como
grandes montañas o construcciones sólidas, deberás ayudarte con lo que en tu
dimensión se conoce como conjuro o hechizo. El de la tierra es: TERENURI JORN
Sam memorizó el hechizo y esperó las instrucciones del
duende.
-
Vamos a cambiar de estado vibratorio para que puedas
practicarlo.
Dicho esto, Sam vio aparecer el mismo arco por el que
había cruzado anteriormente, de modo que lo cruzó de vuelta pero no se encontraba
en el jardín de su casa sino en una zona montañosa.
-
Muy bien, escoge la que quieras desaparecer y recuerda,
concentra tu energía en el punto que quieres afectar.
-
¿No es necesario
utilizar una Gwialen o un Athame?
-
Para ti no.
Sam miró hacia una de las montañas y concentró toda su
energía en ella. Extendió las manos y pronunció el conjuro.
-
TERENURI JORN
Sintió un fuerte movimiento de tierra, pero la montaña
seguía allí y miró con frustración al duende.
-
Estás olvidando algo importante. Tienes que ver que no
está allí y sentir la energía salir de tu cuerpo.
Sam lo volvió a intentar, pero esta vez no solo
concentró su energía sino que vio el lugar vacío
-
TERENURI JORN
-- sintió la energía recorriendo su cuerpo y expulsarla
Sam sonrió, la montaña había desparecido.
-
Bien, el mismo principio para hacerle reaparecer.
-
TERENURI JORN
Y la montaña estaba de vuelta. El duende se mostró muy
contento y satisfecho y volvieron a atravesar el arco.
-
Estas lista para ser recibida por la señora de la
Tierra
Sam se sorprendió, nadie le había hablado de una
señora de la Tierra. El duende le dijo que lo siguiera y así lo hizo. Un minuto
después estaban ante una especie de trono de piedra con inscripciones en lo que
Sam supuso Runas Antiguas. Había allí una figura un tanto extraña, que era sin
duda la representación del cuerpo humano. Estaba constituido por lo que a Sam
se le ocurrió que si debía llamarlo de algún modo, sería lodo seco. Pero tenía
la seguridad de que si lo tocaba sería tan terso como la piel de un ser humano.
Los ojos eran unas rocas áureas que brillaban mucho, tenía por cabello algo que
parecía césped muy largo. De pronto abrió la boca y Sam se sorprendió del
sonido de su voz. Era una voz gruesa, pero sin lugar a dudas la voz de una
mujer.
-
Bienvenida Heredera de Myrddhin. ¿Sabes quién soy?
-
Sí
-- dijo -- eres la señora de la Tierra.
-
Así es. Pero mi nombre es Fjörgyn. Veo que has
completado esta parte de tu entrenamiento. Solo quiero agregar una cosa más.
-
Sí señora --
dijo Sam
-
El elemento Tierra está conectado con lo físico, es
decir, con la materia. En tu dimensión esto no es más que la sombra de la
energía. La energía desacelerada se convierte en materia visible a los ojos
físicos, en el plano donde tienen su
cuerpo los humanos, y ya que las cosas tienen el valor que le otorgamos, para
ellos es valiosísimo su cuerpo visible, y el cuerpo energético simplemente no
existe. Espero que ahora que sabes todo esto y que puedes manejar la aceleración
y desaceleración de la energía, puedas utilizarlo en beneficio de tu mundo como
se espera de ti.
-
Sí señora --
dijo la chica -- ¿puedo preguntarte algo?
-
Puedes.
-
¿Qué es lo que
esperan que haga? Es decir, estoy muy agradecida por lo que me han enseñado
estos días, ¿pero servirá esto para lo que ya me han anunciado?
-
Esas preguntas serán respondidas a su tiempo. Es hora
de que regreses a tu dimensión. Volveremos a vernos una vez que completes el
entrenamiento. Hasta la próxima oportunidad Heredera de Myrddhin.
Sam supo que no le dirían nada más y que no valía la
pena insistir, ya la habían despedido muy cortésmente. De modo que hizo una
reverencia a la señora de la Tierra y se volvió para seguir a Waldweibleim, pero apenas habían dado
dos pasos apareció el arco. Se despidió del duende dándole las gracias y traspasó
el arco. Apenas lo hizo sintió que el frío la golpeaba, experimentó
cansancio y deseó estar en su cama, al
lado de Giulian, y para su sorpresa, se encontró exactamente en el sitio donde
quería estar como si no se hubiera
movido de allí. Sonrió, abrazó a su esposo y se quedó profundamente
dormida.
Bueno estas de regreso y fielmente te dejo mi comentario
ResponderEliminarNos hiciste esperar bastante pero valio la pena aunqe este me fue un CAPITULO MUY CORTO!!! :P nos leemos en el siguiente q espero q sean capitulos diarios :)
Buenas noches Keila...
EliminarCiertamente me demoré, pero es q como te dije primero estaba de vacaciones y luego cuando ya estaba por regresar caí enferma :-/... pero bueno, ya estoy de vuelta y siempre q mi conexión se comporte como debe, actualizaré a diario :-)...
gracias por tu paciencia Keila y espero q la historia siga contando con tu aprobación... kisses...